Bad Girl (Why Don't We)

capítulo 42

El funeral de Zara se llevó a cabo después de un día de su muerte, y el cielo estaba mas gris que nunca y luego las gotas de lluvia cesaron.

Mi familia insistió en acompañarme al entierro de zara, ya que nunca la conocieron y era bueno, por que los necesitaba más que nunca.

Cuando cierro los ojos la veo, es imposible no pensar en ella, es imposible no llorar, estoy destrozado.

Caminamos hasta el cementerio, lo primero que vimos fue el ataúd estaba cerrado y con algunas flores por ahí.

De nuevo no pude evitar que una lágrima resbale por mi mejilla entonces llegó svea y me las limpio.

Me entretuve viendo como la gente llegaba, todos estaban aquí, en incluso vecinos de Zara vinieron.

Una punzada me recorrió por todo el cuerpo cuando vi un pequeño nicho escrito el nombre:

«Michael Mendes»

El padre de Zara, ella siempre me había dicho que cuando llegara el día de su muerte, le colocaran a su lado.

Entre todas las personas pude divisar a Zach hablando con Aaron, quien luego de varios minutos llegó hasta mi.

– ¿como estas?– preguntó el.

Sus ojos estaban hinchados y rastros de lágrimas.

– no muy bien – susurré.

– perdoname – susurró el también.

– no, ¿por qué? – pregunté frunciendo el ceño.

– no la pude salvar – sus lágrimas comenzaron a salir.

– no, no es tu culpa Aaron – negué tratando de no llorar.

– pero...

– el mundo decidió llevársela, el mundo decidió arrebatarnosla – interrumpí.

Le di una palmada en la espalda y caminé hasta los chicos.

La necesitaba demasiado. Aquí conmigo.

Sin previo aviso, los ojos se llenaron de lágrimas, ella se había ido y aún no era capaz de asimilarlo. Ella no merecía esto, era una persona increíble.

Daniel palmeó mi espalda y susurró algo que no oí, aún seguía aturdido.

Seque mis lágrimas y sorbí mi nariz, no podía llorar, no tenía que llorar. Estoy seguro que Zara no querría eso.

– la ceremonia está por comenzar – dijo Jack mirando el cielo.

La personas comenzaron a moverse para leer algunos discursos. Discursos que volvieron a hacerme llorar, era una completa pesadilla, no era una broma, era más que una dura realidad.

Luego de media hora, la ceremonia había terminado y las personas comenzaron a dispersarse por todos lados. Entonces me encontré con su madre, los dos nos páramos frente a su ataúd.

– ella te amaba – sonrió – me lo decía cada vez que se levantaba.

Sonreí, recuerdo el día en el que zara me lo confesó.

Flashback

Zara estaba apegada a mi en la cama, hacía frío por lo tanto tuve que compartir frazada con ella.

– ¿sigues esperando la lluvia?– pregunté mirándola con diversión.

– en la noticias dijo que iba a llover – se quejó sacándome la frazada.

Me volví a tapar y acaricié su cabello.

– pues se equivocaron – Sonreí.

Hizo una cara de que no estaba de acuerdo conmigo y me dio la espalda. Luego de varios minutos la lluvia se hizo presente.

Zara saltó destapandome de nuevo, se asomó a la ventana y sonrió.

– llueve – volvió a sonreír como una niña pequeña.

– no me digas – respondí sarcásticamente.

Me acerque a ella nuevamente y la abracé.

Su respiración estaba por mi cuello, por lo tanto me hacía cosquillas, provocando que riera silenciosamente.

– te amo – susurró.

No sabía que decirle, estaba completamente sorprendido ante sus palabras De las tantas veces que yo le había dicho  "te amo" ella solo sonreía y me respondía:

«Eres muy empalagoso»

Pero ahora es diferente, ahora es ella la que me dijo "te amo" provocándome cosquilleos por todo el cuerpo.

– eres muy empalagosa– respondí.

Ella río suavemente y me miró a los ojos.

– no quiero que esto termine – dijo dándome un tierno beso en los labios.

~ Fin del Flashback ~

Pero terminó. Ya no la volvería a ver.

– lo sé – Murmuré suspirando.

– entonces, jamás la olvides – murmuró ella sacando  un pequeño pañuelo y sorbiendo la nariz con ella.

Los chicos se acercaron a mí y todos nos abrazamos.

– comeré muchos chocolates por ella – dijo Daniel pasando sus dedos por la madera del ataúd.

Zara amaba los chocolates.

– apresurate Jonah – dijo corbyn – despidete de ella.

Y eso era lo menos que quería escuchar.

No quería hacerlo, quería salir corriendo y llegar hasta mi casa y llorar hasta no poder. Jamás la volvería a ver.

Eso es lo que mas me destrozaba.

– vamos Jonah – animó Jack.

Me acerqué a ella, sus ojos estaban cerrados y su piel muy pálida, estaba tan lejos de volverme a oír.

Cerré los ojos con fuerza y respire profundamente.

– te amo zara. Por favor no lo olvides nunca ¿sí?, gracias por cruzarte en mi vida– sorbí mi nariz, comencé a llorar – no me olvides nunca. Adiós zara, te recordaré el resto de mi vida.

Y decía la verdad. Ella había cambiado mi vida, y era la despedida más sincera porque no mentía. Jamás la olvidaré.