Lo vi era un chico casi de mi misma edad aparentemente, me quedé estática viéndolo, me sorprendí a mi misma hasta ese momento nada ni nadie me llamaba la atención, pero como no llamar mi atención eran las 2 de la madrugada y estaba en su jardín acostado apoyando su cabeza sobre una Musa Paradisíaca (banano).
No se cuanto tiempo lo estaba mirando hasta que me percate que se había levantado y ahora estaba mirándome directamente, sentí un escalofrío recorrer mi cuerpo, no sabía si correr a esconderme o saludarlo y claro el estaba igual de sorprendido de ver a alguien mirándolo, así que opté por irme sin mirar, sin correr pero con los nervios al máximo.
Cuando cruce la puerta de mi dormitorio estaba temblando, no se ni porque así que preferí por ahora solo dormir y ya mañana será otro día, quizás y solo era mi mente jugando una broma, en fin ya mañana se vera.
El transcurrir del día fue muy rápido y ya para la noche como siempre estaba caminando por el jardín, lo sucedido la noche anterior se me olvidó por completo ya que no le di mucha importancia o eso creí, me acosté en el jardín de espaldas apoyando mi cabeza sobre mis manos, mirando las estrellas y la luna que se veía tan hermosa y resplandeciente, por extraño que suene me relajaba hasta en ocasiones me quedaba dormida admirando el cielo estrellado y ese día no fue distinto, de pronto al despertar sentí la necesidad de abrir mis ojos y me vi una sombra cerca, me asuste y parándome rápido y al observar bien era el chico del día anterior.
"pero no era solo mi imaginación, que hago me esta mirando directamente, cuanto tiempo llevara ahí, que pensará que estoy acá y apropósito"
"Relájate Mei, me dije a mi misma, esta es tu rutina y el solo esta ahí pero porque me mira tanto"
Después de debatir mentalmente reaccione, y levante la mano en forma de saludo recibiendo como respuesta la misma acción por parte de él, así que luego decidí entrar a casa.
Ya en mi habitación me quedé pensando en quién sería ese muchacho porque hasta donde yo sabía esa casa siempre estaba vacía y no vi ninguna mudanza pero tampoco era extraño ya que no salía de casa y mucho menos me interesaba por averiguar la vida de mis vecinos, bueno mañana será otro día y si lo vuelvo a ver hablaré con el quizás y sea algo tímido porque no habla, aunque pensando bien supongo que pensara lo mismo que yo ya que la primera vez salí rápido de su vista y ahora solo sale sin la mano sin dar tiempo a nada más, bueno ya mañana se verá.
El día fue igual que siempre y para la noche y sin darme cuenta ya estaba en el jardín y para mi sorpresa el también salía al mismo tiempo que yo lo cual hizo que instantáneamente ambos nos viéramos y cuando nuestras miradas se cruzaron no se que sucedió pero nos quedamos estáticos viéndonos por un buen rato, ninguno reacciono ni saludo hasta que empezó una leve llovizna que me hizo volver a la realidad.
Al contacto de mi cuerpo con las gotas de agua reaccione como lo había siempre y empecé a dar saltitos mientras daba vueltas emocionada pues me encanta la sensación que me produce el agua y trae a mi memoria mi infancia cuando todos los niños de mi cuadra íbamos todas las mañanas a la playa a jugar y nadar un rato ya que vivía a unas cuadras y me encantaba ver el inmenso y hermoso mar, encandilada y sumergida en mis pensamientos seguía disfrutando hasta que me percate que no estaba sola pare de pronto con mi frenesí para luego entrar a toda prisa a cada.
Ya en mi dormitorio fui directo a tomar una ducha para luego ir a dormir.
Así transcurrían los días por las mañanas la misma rutina y por las noches viéndome con mi amigo de las sombras ya que nunca hablábamos y todo lo que hacíamos era acompañarnos cada quien desde su espacio con un saludo y despedida levantando la mano, pero ahora todo se sentía distinto ya no estaba sola con mis pensamientos, ahora estaba acompañada y aunque no habláramos me sentí apoyada y su presencia me llenaba de validez.
Era un viernes por la noche y me sorprendió que al estar en el jardín no lo vi, ya casi teníamos un horario de 10 de la noche hasta las 2 o 3 de la madrugada, y como no apareció en todo ese tiempo estaba inquieta, pero no sabía el porqué, traté de tranquilizarme total yo no estaba ahí por él yo estaba en el jardín por mi insomnio y por el cielo estrellado ahí que una vez más dormí por un rato en el jardín.
Los días volvieron a su rutina inicial por la mañana así como por las noches con mi insomnio, el cielo estrellado y yo durmiendo por un rato en el jardín.
Otro día más pero esta vez era distinto mi madre en uno de sus arrebatos y tan cariñosa ella se desquito conmigo toda la frustración de su caótica relación con su esposo y luego se fue de viaje, yo estaba diluya tanto física como emocional pero cuando viajó tuve una sensación de alivio.
Por la noche me encontraba en mi lugar favorito, el jardín con un cielo hermosamente estrellado y la luna más brillante que nunca lo tomé como una recompensa de lo sucedido con mi madre, al poco tiempo quedé profundamente dormida, y de pronto sentí unas suaves caricias en mi mejilla a lo cual instintivamente siete con mi mano lo que me acariciaba atrayendo a mi cuerpo y dormí un ratito más para luego despertar exaltada pues tenía sujetando una mano y cuando abrí mis ojos lo vi era mi vecino el muchacho que desapareció por días, tomando mi mano.
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SOLO QUIERO SER FELIZ
Short StoryHola, soy Mei Sei y esta es mi historia, por azares del destino tuve que vivir con mi madre siendo recién una adolescente algo malo claro, pero el lado bueno es que conocí al amor de mi vida ó eso creí.