EL NIÑO QUE LLORA

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Durante muchos años la historia de este cuadro ha estado ligada a desastres y tragedias. Todo se remonta a 1911, cuando nació su creador Bruno Amadio, un artista italiano de Venecia y que fue conocido posteriormente por su seudónimo de Giovanni Bragolin.

Se dice que en su juventud adhirió al fascismo. Además entabló una relación con los artistas plásticos futuristas, liderados por Filippo Tommaso Marinetti.

Durante su juventud se enroló en el Ejército italiano para la Segunda Guerra Mundial. Durante esta experiencia vio el sufrimiento de los niños de diversas aldeas y ciudades a causa del conflicto. Esto sería la inspiración para crear la serie de pinturas llamadas “Los Niños Llorones”.

Bragolin pronto se ganó el apodo de pintor maldito. Se decía que, frustrado por su nula fama como artista, el pintor habría hecho un pacto con el demonio para que sus pinturas alcanzaran celebridad, cosa que indudablemente ocurrió.
También se asegura que el artista era un pederasta que abusaba sexualmente de niños pequeños y después los pintaba llorando.

Los acontecimientos...

Durante la década de los 80, comenzaron a suceder las tragedias ligadas a estas pinturas. Las primeras fueron informadas en el Reino Unido y publicadas en el diario The Sun.

Se hablaba de casos de casas incendiadas donde todo se quemaba, pero el cuadro siempre permanecía colgado en la pared sin un solo rasguño (un caso comprobado ocurrió en 1985: la casa del matrimonio Hall, de Yorkshire, ardió en llamas y la imagen no sufrió daño alguno).

El 4 de septiembre de 1985, The Sun informaba que un bombero de Yorkshire afirmaba en las casas donde estaba alguno de estas pinturas de los Niños Llorones, las copias eran encontradas intactas, mientras que todo alrededor estaba incendiado. Él mismo bombero afirmó que ninguno tenía permitido poseer una copia del cuadro en su casa.

Durante los meses siguientes, varios periódicos publicaron artículos sobre incendios de casas cuyos propietarios habían tenido el cuadro.

Hacia finales de noviembre, la creencia en la maldición de la pintura estaba tan extendida, que el mismo “The Sun” organizó quemas masivas de los cuadros enviados por sus lectores.

En la serie de 27 pinturas, hay una que es la que en más hogares se encontraba. Se trata de la conocida imagen de “El niño que llora”.

Se dice que este era el retrato de un niño que vivía en un orfanato. Bragolin habría regalado el cuadro a la misma institución pero, al poco tiempo, habría ocurrido un voraz incendio en el lugar que acabó con la vida de todos los menores.

El cuadro también acarreaba otras historias. Unos aseguraban que cuando se descolgaba el cuadro, inexplicablemente detrás de él aparecían gusanos. Otros que, invirtiendo el cuadro a la hora de medianoche, se podía hacer un pacto con el mismísimo diablo. Lo único verificable, en todo caso, es que si el cuadro se gira en 90 grados, a la derecha, es posible ver a una especie de figura monstruosa que aparece devorando al pequeño, lo que demostraría el supuesto carácter maléfico de la pintura.

 Lo único verificable, en todo caso, es que si el cuadro se gira en 90 grados, a la derecha, es posible ver a una especie de figura monstruosa que aparece devorando al pequeño, lo que demostraría el supuesto carácter maléfico de la pintura

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En Chile, concretamente, los casos paranormales ligados al cuadro son numerosos. Son muchas las familias que aseguran en la actualidad que el cuadro en verdad trae mala suerte y que quienes lo compraban y llevaban para decorar sus casas vivían desgracias personales e infortunios de todo tipo.
Como reciente curiosidad, en una emisión   programa “Psíquicos”, de Chilevisión, se
vendaron los ojos a todos los psíquicos participantes y los pusieron delante del cuadro, para que a través de sus supuestos dones o poderes especiales adivinaran qué cosa tenían delante. Casi todos ellos sintieron escalofríos y sensaciones de opresión, dolor, muerte y sufrimiento. Una de las participantes, incluso, comenzó a experimentar tal nivel de desazón que reconoció de inmediato la pintura, no sin antes asegurar que un hermano suyo había muerto en un misterioso accidente en su propia casa, donde estaba colgado el supuesto cuadro maldito.

La supuesta verdad...

Steve Punt, un escritor y cómico británico, investigó la maldición de "El niño que llora" en una producción de la BBC Radio 4 llamada Punt PI. Aunque el programa es de comedia, Punt investigó la historia del cuadro.​ La conclusión a la que llegó el programa, tras llevar a cabo pruebas en el Building Research Establishment, es que las reproducciones fueron tratadas con un barniz ignífugo, por lo que la cuerda que colgaba el cuadro de la pared sería la primera en quemarse, haciendo que el cuadro caiga al suelo y quede protegido del fuego. Además se hizo mención a esta pintura en un episodio sobre maldiciones de la serie televisiva Weird or What? en 2012.

Aunque existió una investigación nadie puede explicar que ocasionaba los incendios y como extrañamente fueron en varios hogares donde se encontraban dichos cuadros.

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