Capítulo 29

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Después de la orden de Andy me sentí basura ¿Dentro de un armario?¿Solos?. Fui con Wyatt, creo que es hora de decirle.

—¡Wyatt! ¡Te necesito!—grité para llamar su atención.

—¿Qué ocurre enana?—se acercó y me miró.

—Tengo...tengo que decirte algo—dije cabizbaja. Las lágrimas comenzaron a salir.

—Claro, ¿Qué ocurre?—contestó preocupado.

—Ayer ocurrió algo dentro del ascensor—las imágenes regresaron a mi mente y las lágrimas salieron más aprisa.

—¿Qué cosa?—tomó mi barbilla para mirarlo a los ojos.

—Se quedó atascado el elevador y Bill...—interrumpió Andy.

—Erin, ya te tienes que ir con Bill—dijo tomándome el hombro.

—En un momento Sr. Muschietti—dijo Wyatt.

—No, AHORA—señaló su reloj Andy y me miró.

—Después te digo—le dije a Wyatt mientras me limpiaba las lágrimas.

Andy me señaló un Vento color rojo para que me subiera, Bill ya estaba adentro y me miraba lleno de lujuria, como si con sólo mirarme saciaría sus deseos sobre mí, pero ambos sabemos que eso no era suficiente. Me subí y automáticamente me dirigió la palabra.

—¿Por qué estabas hablando con ese mocoso de Wyatt?—dijo Bill arrancando el coche y uniéndose a la carretera.

—No le digas mocoso—contesté enojada.

—Y tú no me contestes así—levantó su mano para luego estamparla contra mi mejilla sin quitar la mirada del camino.—Repito, ¿Por qué estabas hablando con el mocoso de Wyatt?—.

—No le digas así—sobé mi mejilla.—Quería hablar con él, a parte, puedo hablar con él cuando quiera.

—Está bien, pero no lo hagas enfrente mío—quitó la mano del volante para acariciar mi cabellera.—¿Sabes? Te quiero y me preocupas.

—Pues no lo parece—dije desafiante.

—Aunque no lo creas—comenzó a hablar suavemente, como si de verdad le importara. Lo miré confundida.

—No te creo.

—Pues créeme, mira, para que me creas—se orilló en la carretera, se quitó el cinturón del coche y me besó.

Me estaba besando Bill, de una manera tan suave y despacio, como si fuera otra persona que si estuviera cuerda. ¿Qué pasó? ¿Por qué de repente se porta amable? Me está dando vueltas la cabeza, me estaba confundiendo y demasiado, me quedé ida por unos momentos hasta que recuerdo que me está besando. Lo separo bruscamente y lo miro.

—¿Qué te pasa?—dije enojada.

—¿Qué me pasa? Me pasa que me has enamorado. ¡Erin Smith me he enamorado de ti!—gritó Bill de forma frustrada.

—¿Qué?—dije desconcertada.—¿estás enfermo?. ¡Tienes 27 años!

—Lo sé, pero eso no me impide amarte—dijo sollozando, mostrándome una faceta que desconocía completamente de él. Estaba llorando.

Por instinto, lo abracé, olvidé lo de momentos antes y lo abracé. Me imaginé su interior lleno de mariposas negras queriendo salir a la luz y que la única luz era yo, y fue ahí donde recordé, que él también tiene sentimientos. Me separé de él y lo miré.

—No lo puedo creer...—susurré.

—Tienes que...—dijo Bill mostrándome sus ojos rojos por las lágrimas.

—¡Cállate y maneja! ¡Cállate y vámonos! ¡Que me ames no significa que te dejaré de odiar! Me has dañado, me has dañado de una forma inexplicable y que tengas sentimientos por mí no va a cambiar nada—le grité enojada.

—¿Qué...?—comenzó a llorar más fuerte.

—¡Cállate!—grité más fuerte y él obedeció.

Puso el coche en marcha y nos fuimos a la casa, yo comencé a llorar. Te odio Bill Skasgard, te odio a más no poder.

Someday? [E D I T A N D O]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora