Público {DC}

CAPÍTULO ESPECIAL. NAVIDAD 2017

NOTAS DE AUTORA: Primeramente, ¡FELICES FIESTAS! Estoy muy contenta de haber logrado escribir esto para celebrar esta Navidad. Tiene mucho sentimiento. He sufrido haciendo esto porque no lograba terminar a tiempo LOL. Pero, ¡sí se pudo! Ahora tengo otras historias que actualizar .________.   Como quiera que sea, espero lo disfruten.  Por cierto, si hay errores cronológicos, lo siento. Preferentemente, vean este capítulo solo como especial, más que como secuencia xD Siento que en algún lugar me equivoqué .-. Lo lamento.

Único dato importante a mencionar. Insinuación de otras parejas.  Eso es todo. ¡A LEER~!

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A veces, los problemas no se resuelven de la mejor manera posible. Eso es algo que el héroe de Metrópolis sabe demasiado bien. En su ámbito —y particularmente, ambos ámbitos donde se desarrollaba, tanto como héroe como periodista— era inevitable el entrar en conflictos con otra persona, fuese la razón que fuera. Una de las primeras cosas que aprendió al crecer fue que la relación entre los seres humanos (e irónicamente, siendo inconsciente de que él no era precisamente uno) estaba innegablemente ligada al conflicto. Era lo normal. El asunto está, claro, en que no siempre se convertía en ese tipo de conflicto.

Una discusión que acabase con años de confianza, ese tipo es al que más le temía, si debía de ser completamente sincero.

Nunca tuvo una discusión particularmente grave con nadie a lo largo de sus treinta años de vida. No tuvo necesidad de pelear por defender sus principios tampoco. En muchos aspectos, Clark Kent vivía al margen de los problemas. Superman, en cambio, resolvía todo en pos de la paz. Aunque allí no había discusiones reales. Si alguien amenazaba con arruinar la paz de su ciudad, claro que el culpable tendría problemas. No tendría posibilidad de justificarse, claro está. Entonces no era realmente un problema.

Pero volviendo al tema. ¿Había Kal-El peleado con alguien —de un modo fuerte, realmente fuerte— antes de conocer a su actual pareja? La respuesta era sencilla. No. Simplemente no. ¡Nunca antes había tenido ni un solo problema que no pudiera resolver hablando tranquilamente! Ni con sus relaciones diarias, ni con las parejas anteriores —que quizá no fuesen la lista interminable, pero ser capaz de ser amigable con sus ex le daba algo de crédito a sus palabras, ¿no? —.

Claro que Bruce Wayne era una historia totalmente distinta.

No comenzaron bien. Por supuesto. Era algo de esperar. Decir que Bruce le odiaba a muerte probablemente habría sido poco. Pero, ¿quién que lucha por el bien de la humanidad no teme a un riesgo alienígena real que, en cualquier momento, podría perder la cabeza?

Superman tenía que admitir que su recelo hacia su persona era perfectamente justificable. Aunque su propio desprecio por sus métodos tampoco era algo impensable. No iba a mentir, le tranquilizó el hecho de saber que Bruce tenía una regla de no matar, aunque esto lo perturbó a partes iguales.

¿Qué clase de vida quedaba para aquellos que luchaban hasta quedar hechos trizas? La lista no era corta, pero ni siquiera podía pensar en ellos en ese momento.

Como sea que fuera, Superman ya sabía en lo que se estaba metiendo en el momento en que miró a Batman con otros ojos por primera vez. El amor era un sentimiento muy humano, sí, pero mantenía aun cierta capacidad para discernir entre lo que hacía por ese sentimiento y lo que hacía por decisión propia. Asumió que se debía a sus genes, aunque Bruce le demostraría más tarde que era solo cuestión de voluntad. Una tremenda voluntad. O él era más humano de lo que creía, o su esposo era, verdaderamente, un ser de otro planeta.