Día 3

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Hoy hablamos como solíamos hacerlo,
fue extraño.

Después de varias horas la sonrisa en mi rostro hacía que este no dejara de brillar, hasta que formulaste esa pregunta.

-¿Cómo te ha ido la vida estos días?

-Bien, como siempre. ¿Que has estado haciendo estos días?

Tardaste unos minutos en contesta, me puse nerviosa al ver que estabas escribiendo y, al leer tu mensaje me quedé parada, no me lo podía creer.

-No te mentiré, he estado con una tía estas últimas semanas. Pero tampoco te voy a negar que pasabas por mi mente de vez en cuando.

Me quedé viendo tu mensaje, paralizada ante tus palabras, no era capaz de creer que esas palabras eran ciertas, que las habías escrito tu.

Contesté a la primera parte de tu mensaje, no fui capaz de responder a la segunda.

-Me alegro por ti.

Después nos despedimos, me deseaste buenas noches, y yo a ti.

No volvimos a hablar.

Dime, ¿Eso era verdad?

Atentamente, una chica confundida

Cartas a la nadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora