Cartas a la nada

Día 4

¿Por qué...?
¿Por qué no puedo contener las lágrimas al escuchar esa canción?
¿Por qué me acuerdo de ti?
¿Por qué desde ese mensaje tuyo me siento vacía?
¿Por qué apareces en mis sueños como si nada?
¿Por qué...?

Hoy soñé que nos encontrábamos en un bar y empezábamos a hablar y reír.

Pasaron horas hasta que miraste tu reloj y tu cara se entristeció.

-Me tengo que ir.- Dijistes mirándome a los ojos- Espero volver a verte.

-Tal vez nos veamos pot ahí- le mire a los ojos y esbocé una sonrisa, intentaba esconder mi tristeza sin éxito. No quería perderte, no podia.

-Eso espero...- dijistes antes de darte la vuelta e irte hacia la puerta

Te congelaste delante de la puerta y me miraste por encima del hombro.

De pronto regresaste hacia mi y te inclinaste para besar dulcemente la esquina derecha de mi labio. Cerré mis ojos y deje ir un suspiro por mi nariz, deseaba que el tiempo dejara de correr, que no desaparecieras de mi vida otra vez.

Cuando separaste tus labios abrí lentamente mis ojos para observar los tuyos, tan verdes y brillantes como siempre.

-Fue un placer pasar la tarde contigo. Solo quería decirte... Gracias.

Mis ojos se llenaron de lágrimas, como los tuyos.

Segundos después estabas cruzando esa puerta y perdí tu silueta entre la gente que pasaba por la calle.

Desperté con un vacío en el pecho y a punto de llorar.

Dicen que si sueñas con alguien quiere decir que esa persona está pensando en ti.

Será que tu...

Atentamente, un recuerdo inexistente.