Tom y Anne fueron los que se ofrecieron a llevarme al aeropuerto, la despedida fue sencilla ya que los volvería a ver dentro de poco.
Al llegar a Paris identifique a la cabellera rubia de Susan y camine hacia ellos para tomar un taxi e ir al hotel donde se estaban hospedando.
Paris siempre me a parecido algo aburrido, siempre con su romanticismo y parejas por doquier. No me consideraba una persona que fuera derrochando amor y haciendo muestras con mi pareja y que otros lo hicieran me parecia desagradable. No tenia ni idea de porque acepte venir con ellos pero insistieron demasiado hasta que termine cediendo.
Susan y Daniel habian salido a disfrutar Paris de noche mientras que yo decidí solamente bajar al bar del hotel, me senté en la barra y pedi el trago mas fuerte que tuvieran.
— Es demasiado para una mujer ¿no? — Rodee los ojos ante al comentario sin molestarme en mirarlo. — Pero no para una mujer como tu — Sonreí al reconocer la voz y fue ahi donde supe quien era el que se encontraba aun lado mio. Sin pensarlo me lance a el para abrazarlo.
—¿Que haces aqui?— Volvi a mi lugar y tome de mi bebida.
— Antes de que vinieras habia hablado con Daniel y arreglamos esta sorpresa para ti— Sonrio y sus oyuelos se hicieron presentes. ¡Maldita sea! Era hermoso.
— Sobre lo que te dije por teléfono — Tome un mechón de mi cabello en señal de nerviosismo.
— Ya no importa, estamos juntos— Beso mi frente. — Maria Grazia nos invito a la gala de la Fashion Week mañana por la noche— Asenti y seguimos tomando en el bar y platicando que es lo que había ocurrido en nuestro tiempo separados. Me disculpe mil veces en el transcurso de la noche por molestarme el día después de la pelea y ya de madrugada subimos a nuestra habitación.
El día siguiente paso rápido, salimos a almorzar y pasamos tiempo juntos en los lugares turísticos de la ciudad, ya al caer la tarde regresamos al hotel para prepararnos y asistir a la gala.
Los flashes y reflectores se hicieron presentes al momento de bajar del auto, sin olvidar las preguntas acerca de la relación, proyectos a futuro etc. Jules se detuvo unos minutos a contestar sobre eso mientras que yo observaba atentamente a los invitados que recién llegaban y un audi de reciente modelo llamo mi atención, de el bajo alguien que nunca espere encontrármelo al otro lado del mundo. Sebastian Stan.
— ¿Cierto amor? — Jules apretó levemente mi cintura y reaccione a solo asentir y sonreír. Mis pensamientos se habían ido hacia el hombre que vestía de negro completamente.
Entramos a donde se presentaría el evento y tomamos nuestro lugar. Todo transcurrió normal, las chicas con cuerpos esculturales modelaban cada uno de los hermosos diseños de las marcas, todas llevándolo a la perfección. Al terminar felicitamos a Grazia por el excelente trabajo que había hecho y nos recordó sobre la fiesta después del evento a la cual decidimos ir pues no teníamos otra cosa que hacer en Paris.
El lugar era en la terraza de un edificio, algo sofisticado y elegante pero con un ligero toque bohemio. Algo diferente a eventos pasados. Recorría el lugar del brazo de Jules, saludando a las personas que conocíamos y felicitando a los diseñadores por sus espectaculares trabajos.
El hombre de negro apareció en mi campo de visión con una mujer alta, de cabello corto y rizado tomados de la mano, al hacer contacto visual con el soltó la mano de la rubia y camino hacia nosotros, yo imite su acción al disculparme con el hombre con el cual hablaba Jules diciendo que iría por un trago.
No me explicaba lo que sucedía, era un juego que nosotros entendíamos o tal vez solo era yo la que imaginaba los pequeños detalles que hacían que pensara una y mil cosas que traían consigo un desorden en mis pensamientos.
— Señorita Müller, que agradable es verla de nuevo— Sonrió y estreche su mano, saludando.
— Al contrario, señor Stan — Devolví su sonrisa. — ¿Ella es...?— Dirigí mi mirada hacia la mujer que tenia a lado y deje que el terminara la frase.
— Una vieja amiga, Margarita Levieva — Salude a su amiga, con una gran sonrisa. Sebastian noto la tensión que se había formado y pregunto el porque de nuestra asistencia en el evento.
— La directora artística de Dior es buena amiga de la familia de Darlene— Contesto Jules y las miradas de los tres presentes se posaron en mi.
— Si, ella y mi abuela eran amigas — Tome de mi bebida — Y aprovechamos para conocer la ciudad el amor — Agregue. — ¿A ustedes que los traen por aca?
— Margarita desfilo y me pidió amablemente que la acompañara — Contesto sin titubear.
— Ahh mira, que bien. Felicidades — Disfrace mi sarcasmo con un abrazo a la modelo.
El resto de la fiesta seguíamos jugando inconscientemente el pequeño juego de miradas y acciones que dejaban mucho que pensar.