Harry Potter y Sakura card captor (completa)

Sakura en Hufflepuff.....

HARRY POTTER Y SAKURA CARD CAPTORS

Capítulo 3: Sakura en Hufflepuff, unos buenos amigos y unos tarados devorados por un ave

Sakura fue a sentarse donde la mesa de los tejones y fue felicitada. Puesto que venía de Japón y allí no se acostumbra a ser abrazados de buenas a primeras, se sorprendió mucho, pero vio que era una sensación agradable, estaba segura que le iría bien con sus nuevos compañeros en este enorme y medieval colegio (a Sakura siempre le encantaron los castillos europeos).

―Hola, mi nombre es Hannah Abbott.

―Mucho gusto, yo me llamo Kinomoto Sakura ―le dijo la chica inclinando un poco el torso como lo hacen en Japón.

Los niños luego disfrutaron del banquete y se dirigieron a su sala común donde Sakura pudo observar como sus pertenencias ya estaban junto a su cama incluyendo a Kero. Cansada como estaba, se durmió de inmediato.

―Que tengas dulces sueños, espero que consigas pronto las cartas clow ―le dijo bostezando Kero.

.

.

A la mañana siguiente, Sakura fue despertada Susan Bones.

―Kinomoto, despiértate de una vez, que llegarás tarde a las clases de transformaciones.

―¿Quién da esa clase? ―preguntaba Sakura quien estaba medio dormida.

―McGonagall, es la profesora y es la jefa de Griffindor, además de ser muy estricta, así que apresúrate.

Como Sakura seguía adormilada, fue sacudida con cariño por Susan y por fin se despertó por completo.

―Gracias ―le agradeció y después de vestirse lo más rápido posible, fue corriendo a su primera clase de transformaciones.

Susan no mentía cuando le dijo que McGonagall era estricta, le dio tarea extra a la pobre de Sakura por haber llegado sólo cinco segundos tarde.

.

.

Sakura se puso a hacer la tarea que le dio McGonagall en uno de los patios del colegio, cuando vio que Syaoran barría con afán aunque no muy bien el suelo.

―Hola, ¿cómo te va?

―¿Cómo crees que me va?, estoy rebajado teniendo que barrer el piso.

―No digas eso ―le dijo cuando de repente, un trío de muchachos se les acercó. Dos eran unos muchachos enormes, Sakura pensó que bien podrían dedicarse a practicar sumo, el otro era delgado, con un cabello rubio platinado y rostro de ángel.

―Así que tú eres el nuevo squib del colegio, el que ayudara a ese idiota de Filch.

―No soy un squib.

―A claro, escuche que en realidad solo eres un asqueroso muggle que Dumbledore le permite trabajar en el castillo, apuesto que en tu casucha de palmeras ni tienes espacio para poder estirarte para dormir, todo un cambio en comparación con el despacho de Filch en el castillo.

Syaoran arremetió contra el rubio, pero al parecer no sólo había perdido la magia, sino que también su fuerza había disminuido. El pobre tuvo un encuentro cercano del tercer tipo, con los dos gorilas sosteniéndole ambos brazos, mientras que el tercer tipo (Malfoy) le sacaba la mugre a patadas y puñetes.

―¡YYAAAAIIIII! ―gesticulaba Malfoy tratando de sonar como un maestro de artes marciales y realizando (según él) elegantes movimientos de kung fu, pero que en realidad se veían ridículos.

―¡Basta, déjenlo! ―gritaba desesperada Sakura.

En eso, una enorme ave que parecía estar hecha de viento se posó justo en el patio donde estaban los chicos y se tragó a los Slyterin los cuales daban vueltas en lo que sería la panza del monstruo.

―¡Báculo que guardas los poderes de la oscuridad, muestra tu verdadera identidad ante Sakura, quien aceptó la misión contigo, libérate!

Sakura corrió y con su báculo atrapó su primera carta: El Vuelo.

―Mami, papi... ―lloraba Malfoy que junto a sus lacayos colgaba de una de las ventanas altas del patio.

.

.

Sakura estaba feliz de recuperar la carta, pero la felicidad no le duro mucho porque al día siguiente, McGonagall la enterró en una montaña de tareas por no haber presentado la redacción que le había dado (la tarea se perdió por culpa de la carta).

―Susan, tenías razón, McGonagall es muy estricta ―lloraba Sakura mientras hacia su tarea.

―Animo ―le decía kero.

CONTINUARÁ...