Capítulo 9

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Yoongi esperaba en la puerta del centro comercial a Jimin. Sus manos estaban en los bolsillos de su chaqueta, había comenzado el invierno. Resopló, viendo como parecía que salía humo de su boca que en realidad era el vaho(aliento helado) por el frío. Divisó la cabellera rubia de su amigo a lo lejos. Jimin finalmente llegó, parándose frente al peliazul.

— Vamos, tenemos que hablar — Yoongi cogió de la mano a Jimin y comenzó a caminar tirando del menor.

Caminaron por el enorme centro comercial hasta una pequeña cafetería que estaba plenamente vacía, no había nadie allí. Yoongi se sentó, seguido Jimin. Ambos se quedaron en silencio, no sabían que decir. Hasta que Jimin habló.

— ¿Qué quería, hyung?

Yoongi le miró y abrió la boca para hablar.

— No quiero que me evites por lo que... pasó. No quiero que pienses que te odio o algo por hacer aquello, es más, Jimin, no sé verdaderamente qué coño siento pero desde que empecé a salir con Gayeon siento que... no sé explicarlo, pero no es solo por el sexo — hizo una pausa para respirar —, me imagino despertando junto a ti todos los días y haciéndote ruborizar por besar tus labios en público.

Jimin claramente estaba rojo. No podía creer que el mayor le hubiera dicho eso y se hubiera confesado de forma tan repentina y tan directa, sin rodeos, yendo al grano.

El rubio miraba sus muslos, ya que no conseguía mirar el suelo con sus dos piernas enfrente, pero aún así estaba cabizbajo. Jimin quería llorar, de felicidad por lo que el peliazul le dijo, de hecho, lloró en silencio, sin que Yoongi se diera cuenta. Jimin tenía sus dos brazos sobre la mesa de café del establecimiento. Yoongi tomó una de las manos del pequeño, haciendo que este levantara su cabeza y el mayor pudiera ver sus mejillas húmedas por las cuales corrían lágrimas.

— Yoongi...

— Jimin, desde que empecé a salir con Goyeon me di cuenta de que te amo — el pálido acarició con su pulgar los nudillos de la mano de Jimin.

Esas palabras llegaron al corazón de Jimin.

— ¡Yoongi! — el menor se levantó, viendo como el pálido se levantaba veloz, y se echó sobre el cuerpo de su hyung.

— No sabes cuánto te quiero y cuánto me gustaste cuando éramos pequeños...

Con solo escuchar esas palabras Jimin lloró más fuerte, llamando la atención de dos chicas amigas que se habían sentado una mesa separada de la de los chicos. Su llanto no era demasiado fuerte, pero los fuertes suspiros en busca de oxígeno por llorar tanto no eran silenciosos. Se separó levemente del abrazo de Yoongi, secó su nariz con la manga de su sudadera rosa pastel y besó al pálido, sorprendiendo a este y a sí mismo por su atrevimiento.

Yoongi no se negó y correspondió el beso, un suave, tierno e inocente beso, como Jimin, pensó Yoongi. Lentamente Yoongi se fue sentando en la silla de antes, posicionando al menor sobre su regazo, haciendo que así el beso pareciera que subía de tono pero seguía siendo puro, solo un toque de labios y un movimiento suave. Se separaron para mirarse a los ojos, buscando alguna emoción que ambos pudieron encontrar en los orbes del otro, felicidad.

— ¡Qué bonito! ¡Omg, quiero que mi novio me diga eso y sea tan tierno conmigo! — dijo una de las chicas, Jimin sonrió por lo que dijo aquella extraña.

Una persona carraspeó a su lado, Yoongi temía que fuera su novia y fuera a montar un pollo y empezara a gritar.

— ¿Qué piensan tomar? No pueden estar aquí sin tomar nada — el peliazul soltó un suspiro aliviado.

Un camarero interrumpió el momento. Para no ser echados a patadas, Yoongi pidió una CocaCola y Jimin un batido de fresa.

Jimin parecía tan puro e inocente, siempre usando ropas de colores pastel, algo que le hacía ver más tierno de lo que ya era, y eso a Yoongi le encantaba. El rubio sonrió al mayor, transformando sus ojos en dos pequeñas mediaslunas. Yoongi besó los labios de Jimin, el pequeño seguía sobre su regazo.

Intensificó el beso introduciendo su hábil lengua a la cabidad bucal del rubio, explorando todo el espacio, bailando con la lengua del menor. Sus manos fueron a parar a las caderas de Jimin, Yoongi acercó más el cuerpo del chico al suyo. Jimin no se había negado en ningún momento al beso, siguió encantado. Escucharon dos vasos resonar sobre la mesa redonda de madera. El rubio se sobresaltó, separándose del caliente beso que su hyung le daba.

— Aquí tienen, CocaCola y un batido de fresa, pasen luego para pagar.

Ambos asintieron, Jimin cogió su bebida y dio un pequeño trago a esta. El pequeño se levantó para arrastrar su silla al lado de la de Yoongi.

— Quería decirte una cosa más, Jimin, te quiero pero siento que he traicionado a Goyeon, la he engañado contigo... Y no me siento bien por ello, ella me es fiel...

Jimin enfureció por la mentira en la que Yoongi estaba viviendo.

— ¡Si tú supieras! ¿Fiel? ¡Si ella estaba saliendo contigo y un día le pidió a Hoseok que tuviera sexo con ella! ¿Sabes qué es lo mejor? Ella empezó a salir contigo porque le gustaba Hoseok, por eso siempre cuando no estás trata de tirárselo, y lo logra, a Hoseok le gusta Goyeon también pero no te dijo nada porque parecías feliz con ella y su infidelidad.

Yoongi, incrédulo ante lo que Jimin dijo, pensó que eran celos, y que esto sería un secreto, que ya no habría más besos ni nada, solo el día de hoy. Sin pensarlo mucho, viendo que ambos habían acabado su bebida, volvió a besar a Jimin de forma voraz.

















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Dirty FriendDonde viven las historias. Descúbrelo ahora