20-Reencuentro

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¿Qué haces aquí?— pregunte curiosa y confundida al verlo con el uniforme de mi escuela.

Me cambie de escuela debido a que mi padre consiguió trabajo a un par de cuadras de aquí y...— explicó Will, pero no pude prestarle ni un poco de atención, ¿Como no mirarlo? Si está más bueno, y con esos ojos mis piernas comienzan a temblar— ¡Juliet! ¿Escuchaste algo de lo que te dije?.

Oh lo siento, me quede tildada ya sabes siempre me pasa— mentí intentado ocultar mi nerviosismo— hace mucho calor ¿Verdad? Siento que estoy en un horno, pero no importa debo irme a mi primera clase— dije volteándome para caminar a paso rápido.

Juliet, ¿Tenemos Química verdad?— dijo agarrandlme mi brazo impidiéndome escapar, mis ojos se abrieron de par en par ¿Tenemso quimica? Que se supone que debo responder— la clase de química— aclaro con una sonrisa divertida.

Ah si, em él aula está por aqui, vamos que se nos va a hacer tarde— tartamudee nerviosa, la mano de Will aún seguía agarrando mi brazo, lo miré a los ojos y colorada de los nervios agarre su mano y la quite de mi brazo.

Entramos al aula de quimica IX y nos sentamos en el banco del fondo.

Con cautela observe los tubos de ensayo y dos frascos con contenidos extraños que se posaban en la mesa metálica. Quimica es mi mejor materia, luego viene matemáticas y por último educación física, correr definitivamente no es lo mío.

El profesor Thompson entró al aula con su bata blanca ya puesta y sus gafas de protección colgándole del cuello.

¡Buenos días estudiantes!— grito emocionado y alegre— sus gafas, guantes y batas se encuentran en él estante del fondo, recuerden la seguridad primero.

Me levante de la silla y fui al estante del fondo para agarrar las cosas, las batas se encontraban arriba de todo y no podía alcanzarlas, hice puntitas de pie hasta que mis dedos empezaron a doler, sentí un calor humano detrás de mí y una mano que agarró dos batas fácilmente.

Me volteé y tuve a Will en frente de mi rostro con su perfecta sonrisa burlona ¿Me recuerdan por qué diablos habíamos terminado?

Gr-acias— tartamudee por segunda vez en el día.

La seguridad primero— sonreí al escucharlo.

Volvimos a nuestros asientos y escuchamos a que el profesor Thompson explicara que se supone que deberíamos hacer, una vez que termino su explicación empezamos.

¿Calentaste el líquido verde?— pregunte mientras tomaba notas en mi cuaderno.

Si ya está listo, ahora tenemos que vertir la mitad del líquido verde en el líquido azul— explicó Will.

Perfecto ¿Estás listo?— pregunte nerviosa, siempre me emocionaba hacer experimentos.

Lentamente empecé a vertir el líquido verde en el azul, sentí una mano sobre la mía que me estaba ayudando, volteé mi cabeza y lo vi, sonreí como una idiota y él también pero su expresión cambió cuando mira el experimento.

¡Mierda!— grito y yo volví mi cabeza hacia el experimento, había vertido completamente todo el líquido verde sobre el azul y este empezó a hacer burbujas pequeñas que se fueron haciendo más grandes, cubrí mi rostro con mis manos y escuché una explosión y sentí un punzante dolor en mi mano.

La quite lentamente de mi rostro y mis ojos se abrieron de par en par al ver un vidrio clavado en mi brazo derecho.

¡Chicos todos afuera del aula ahora!— grito el profesor preocupado y todos obedecimos.

Afuera del aula comencé a caminar rápidamente hacia la enfermería, estaba preocupada.

Entre a esta pero no había ninguna persona, mierda, mi herida seguía sangrando y yo no tenía ni la más mínima idea de que hacer.

Me senté en la camilla y esperé impacientemente a que mi salvación llegara, pero no lo hizo.

Mire el reloj pasar los minutos y conté segundo por segundo, hace 10 minutos y cuarenta segundos que estoy aquí sentada con mi mano sangrienta.

La puerta se abrió y rogué porque hubiese sido una enfermera pero era Will y se veía muy preocupado.

Juliet, tranquila, te llevaré al hospital— dijo mientras me alzaba como una princesa, no me negué ya que no había nada más para hacer.

Me subió a su auto y despegó a toda velocidad hacia el hospital, mi mano estaba sangrando y me sentía mareada, y para nuestra suerte todos los semáforos estaban en rojo, miré por la ventanilla mientras Will maldecía al semáforo que justo cuando era nuestro turno d pesar se puso en rojo, una auto negro estaba a nuestro lado y un rostro familiar volteo a verme, Zack.

El auto aceleró de vuelta dejándome sin tiempo de reaccionar a lo que mis ojos habían visto, recuerdo su estado miserable, tenía los ojos rojos y el cabello despeinado.

Will estacionó en la entrada del hospital y me cargo hasta que entramos, me acostaron en una camilla y me llevaron a el quirófano. Y no, no estaban exagerando, el vidrio era inmenso y había perdido mucha sangre y por la expresión que hizo el doctor cuando me vio se que no era una idiotez.

Me dieron un pinchazo en el brazo y en cuestión de segundos quitaron el vidrio de mi mano, cosieron el tajo y me vendaron el brazo. Estaba consciente pero aún seguía mareada, un doctor me acompañó a la salida, ya me había recetado un par de pastillas para el dolor.

En la entrada se encontraba Will esperando en una silla, a su lado estaba Nick con Caroline y con mis padres, en la otra hilera se encontraban Mark y Bryan, y justo cuando pise la recepción donde se encontraban todos,las puertas mecánicas se abrieron y una persona que ame, odie y lloré entro por esa puerta.

Me quede congelada y cuando el resto se dio cuenta de que estaba mirando fijo a la entrada voltearon y se encontraron con Zack.

La mandíbula de mi hermano se tensó y apretó sus puños tanto que se volvieron blancos, me adelanté y lo detuve justo cuando esto se iba a poner feo.

Déjame hablar con él, tranquilo— susurre a su oído.

Me acerqué hacia Zack y pase a su lado saliendo del hospital para ir a un lugar más privado, necesitaba hablar con él.

Una vez que nos encontrábamos en la otra punta lo miré fijo a los ojos, a los ojos de los que me había enamorado y que anhelaba que me miraban, pero lo único que veo ahora es dolor, el dolor que él produjo al alejarse de mi.

Hola— dijo el con una voz áspera y ronca.

¿Que quieres?— pregunte con un hilo de voz, esto me estaba jugando en contra.

Solo quería saber si estás bien— bajo la cabeza y se rasco la nuca, ni siquiera se atreve a mirarme.

Pues no lo estoy, todo cambio desde que te fuiste— mi vista a empezó a empañar y un nudo se formo en mi garganta— ¿Por qué? ¿Por qué te fuiste? ¿Lo único que querías era acostarte conmigo y nada más?

Juliet, yo— sus palabras se atascaron en su garganta— no soy bueno para ti.

Levante mi mano y la estampé en su rostro, ¿No soy bueno para ti? Cobarde, es lo único que puede decir.

¡No soy bueno para ti! Eso es lo único que tienes para decirme, te llamaba todos los días, fui hasta tu casa y no soy bueno para ti es lo único que se te ocurre decirme— las lágrimas brotaron de mis ojos— yo te lo di todo, mi virginidad, mi amor, mi verano, hasta arriesgué la relación con mi hermano para estar a tu lado y tu solo te alejaste.

Abrió la boca para decir algo y pude notar sus ojos vidriosos, pero no se atrevió a decir lo que quería solo miro al suelo.

Pase por su lado golpeando su hombro, pero él ni siquiera me detuvo, me dejó ir otra vez. Intente secarme las lágrimas con la camisa de la escuela, entre al hospital y todos los ojos se posaron en mi

Quiero ir a casa— dije con un hilo de voz, mi madre se paró y me dio un abrazo.

Tranquila mi niña, todo estará bien— dijo intentando calmarme pero no lo logro.

Por siempre tuya Donde viven las historias. Descúbrelo ahora