24- Cuarto oscuro.

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Lista para salir una vez más, hoy opte por un entero blanco hermoso que conseguí a un precio excelente, me dirijo al tocador de mi habitación para decidir que labial me voy a poner esta noche.

Hija, buenas no...— el rostro de mi madre se torna pálido al verme— ¿A donde vas?

A salir— respondo sin darle importancia, mientras me aplico máscara de pestañas.

Hoy no Juliet— replicó cruzándose de brazos— quítate esa ropa y ve a dormir.

¿O que?— pregunte mientras adquiría la misma posición que la de mi madre.

No volvere a repetir— la furia se colaba por sus ojos y la manera en al que apretaba sus manos me dio a entender que esta situación estaba podiendo con ella.

Pensé como podría hacer para poder arreglármelas y salir esta noche, bajar las escaleras y abrir la puerta ya iba a despertar a toda la casa y eso no iba a ser agradable sin embargo si yo accedo y le pido disculpas a mi madre, más tarde me podré escabullir por la ventana.

De acuerdo mamá— accedí bajando la cabeza— esta vez ganas tu.

Mi madre me dio una sonrisa comprensiva y salió por la puerta satisfecha de que me tenía controlada o eso era lo que pensaba.

Espere a que las luces de la casa se apagaran para salir por mi ventana, por suerte es un enterito porque si me hubiera puesto un vestido todo el vecindario hubiera conocido mi anatomía y eso no es lo que quiero.....aún.

Por suerte tengo un árbol pegado a mi ventana por lo que fue bastante fácil bajar de ahí. El taxi ya me estaba esperando y tengo que admitir que desde el accidente tengo un miedo enorme a que vuelva a suceder, algunas partes y cosas que viví aún no las he podido recordar completamente, y el que siempre me ayudaba a recordar es ahora el idiota que no me importa nada.

Me dejó y tengo que salir adelante, no quiero ni puedo quedarme estancada en el, pero con cada cosa que veo su imagen vuelve a mis recuerdos, el otro día vi un jarrón celeste y me recordó a sus ojos, luego me puse a ver una serie en la que mencionaban la frase "Por siempre y para siempre" la misma frase que el me dijo esa noche, pero ahora que era una mentira como todo lo demás.

Niña llegamos— anunció el taxista sacándome de mis pensamientos, le di el dinero y me baje del auto, esta fiesta había sido organizada en una casa inmensa y desbordaba de personas.

Me adentré con un sentimiento malo en mi cabeza, intente evitarlo toda la noche pero algo me está poniendo nerviosa, me sentía extraña así que me dirigí a la barra y pedí un trago para matar ese sentimiento amargo que escalaba por mi garganta, pero ese sentimiento empeoró al momento en que me tragué el líquido del vaso de plástico.

Mis alrededores empezaron a verse borrosos y mi cuerpo no podía ni sostener su propio peso así que caí o eso creí ya que me habían sujetado unos brazos femeninos antes de que cayera al suelo.

¿Que mierda es esta bebida?

Alguien me sostenía mientras gritaba mi nombre y esforzando la vista pude ver como un par de puñetazos volaban en frente de mis ojos, y parecía que uno de los peleadores estaba muy enojada ya que en segundos dejó a todos en el piso ensangrentados, se volteo hacia mi y agarro mi rostro con ambas manos.

¿Juliet?— mi corazón empezó a acelerarse, y esforcé la vista una vez más para poder distinguir ese rostro tan pecualiar que se situaba frente a mi, aunque yo sabía perfectamente quien era pero no quería que fuera el, anhelaba y rogaba que mi vista estuviera equivocándose, pero no, desafortunadamente mis ojos funcionaron a la perfección y pude distinguir esos globos oculares de los que me había enamorado.

Maldito Zack.

• • •

Abrí mis ojos lentamente, me encontraba en un cuarto oscuro que no reconocía para nada, mi cabeza estaba doliendo y tenía los labios secos.

Me levante de golpe e inspeccione la habitación, no podía ver nada, pero pude divisar una puerta así que sin pensarlo salí por ella para encontrarme con un idiota sentado en un sofá con sus codos apoyados en sus muslos y sus manos sosteniendo su rostro.

Juliet yo.....— hablo pero lo interrumpí.

¿Donde estoy?— pregunte nerviosa e intentando no mirarlo a los ojos.

Trago fuerte y pude ver como esa situación lo alteraba, se paró del sofá y se acercó hacia mi para darme una explicación.

Pero unos pasos a mis espaldas me llamaron la atención.

Es mi casa— me volteé rápidamente y reconocí a la pelirroja del bar que fui hace unos días.

¿Tu?— mi mente ya no entendía nada, ¿Que hace ella aquí?

Si yo, hola Juliet mi nombre es Savannah— respondió segura y sonriente— y para la próxima huele la bebida antes de tragártela de un sorbo.

Ella es una amiga— agregó Zack rascándose la nuca.

Miré para abajo intentando pensar y noté que tenía una playera de hombre que me quedaba enorme.

¿Donde está mi ropa?— pregunte preocupada.

Los dejo hablar solos— dijo la pelirroja mientras se dirigía a lo que parece la cocina.

En la lavadora, está toda vomitada— respondió.

¿Quien me desvistió?— empecé a caminar de un lado a otro furiosa.

Alce mi vista y me encontré con su mirada vergonzosa, el me desvistió y no quiere admitirlo.

Mierda.

Volví a la habitación y recogí mis cosas lo más rápido que pude evitando los gritos de Zack, necesitaba salir de ahí lo más rápido posible.

Una mano se deslizó por mi cabello haciéndome estremecer y me volteé para   quedarme frente a frente con el chico más asombroso e idiota que había conocido en mi vida.

Sus dedos acariciaron y mejilla suavemente y se frenaron en mis labios, me quede paralizada esperando a que el hiciera algo, sus ojos no paraban de inspeccionar mi rostro, cerré los ojos ante su tacto tan suave y esperé a que el beso que tanto deseaba llegara.

Pero no lo hizo, abrí mis ojos y vi como el se corria a un costado y me hacía un ademán con el brazo para que pasara, salí de la habitación golpeando su hombro.

No llores Juliet, no lo hagas mas.

Salí por la puerta y caminé lo más rápido que pude, en realidad empecé a correr lo más rápido que mis piernas permitían, me frene en una plaza e intente respirar por unos segundos pero un brazo me jalo y me dio la vuelta y fue menos de un segundo lo que me tomó en reconocer sus intenciones.

Sus labios se estamparon en los míos encajando a la perfección como si hubiéramos hechos uno para el otro, le correspondí el beso con pasión y furia pero sobretodo con amor, con todo el amor que tenía para entregarle.

Te amo Zack.

Por siempre tuya Donde viven las historias. Descúbrelo ahora