Luego de ver a aquella chica parada en la puerta mi mente no pudo reaccionar, claro además de la confusión, estaba sorprendida por esto. ¿Samuel se había metido conmigo estando en una relación con otra persona? Oh, eso sí que no.
Samuel al verla se rascó la nuca, e hizo un gesto de disgusto. Tal vez no era su novia, o tal vez si, pero estaba demasiado confundida.
–¿No me vas a dejar pasar Samu?- Esto era tan irritante. Que chica tan más falsa.
–¿Qué es lo que quieres ahora Anna?- Samuel se veía muy disgustado. Como si no la quisiera ver.
–¿Qué que quiero? Obviamente regrese después de casi 3 meses en New York para verte- oh por Dios. New York. Esas dos palabras hacen que mi corazón lata a un ritmo no humano, esa ciudad algún día será mi destino. Deseo estar ahí. Sin embargo, estoy aquí pasando vergüenzas con un hombre que es mi maestro y una chica... Que no sé ni siquiera qué relación tiene con el. Genial.
–Si, pero no es el momento– Samuel se puso entre la entrada y cerró un poco más la puerta cuando ella trató de entrar– en realidad, nunca será el momento. Y menos este.
Ella sin embargo empujó con todo y el no pudo poner fuerza, al final de cuentas era una chica. Al entrar lo primero que vio fue a mi. Esto era tan raro, tanto para ella como para mí. Abrió unos ojos grandes, muy grandes, que por un momento, pensé que habían salido de su cara. Su boca se abrió para soltar más palabras y volteando a ver a Samuel dijo:
–Quien diablos es?– Oh no. Por su tono de voz parecía que quería llorar– Respóndeme!! Soy tu Amiga merezco saber esto.
¿Amiga? ¿Acaso no le había dicho "Amor" hace unos momentos?
–El hecho de que haya salido contigo no significa que tenga que contarte todo. Agradezco tu amistad, pero no interfieras– Samuel se escuchaba seguro.
–¿Pero entonces qué diablos es? Se ve más joven que tú– dijo mirándome de arriba a abajo– ¿Te has acostado con el?
–Anna basta- Samuel interrumpió su incómoda pregunta.
–No me iré de aquí hasta saber que son–dijo sentándose en el sofá– Tengo derecho a saberlo ¿No?
Samuel suspiró cansado y muy fastidiado. Se talló la cara con una mano y se acercó a mi. Demasiado cerca. Con sus grandes manos tomó mi cintura y me pegó a él. Con una mano puso mi cabeza sobre su hombro y susurró en mi oído: Sígueme la corriente y no lo arruines.
–Es mi novia ¿Lo vez?– Samuel miro a Anna fijamente– ¿Quieres dejarnos solos?
Anna sonrió. Al parecer no era tan mala después de todo.
–Bésense.
Ok. No era mala. Era Satanica.
Samuel me miro y tenía un color muerto. Supongo que yo igual. Abrió mucho los ojos y me soltó. Eso era señal de que no éramos novios. Lo dejo en claro con eso. El la miro un poco harto.
–Samuel, no me digas que de nuevo...- Anna se levanto del sillón y continúo- Sabes lo qué pasó la última vez qué pasó algo similar...
–Lo se, Dios- dijo el interrumpiéndola de repente. Algo estaba mal aquí– Pero simplemente no puedo.
–Lo sospeché- dijo cruzando sus brazos. Sus largas piernas la hacían ver muy imponente en ese momento. ¿Qué tanto sabía ella de él?
Por un momento me sentí tan idiota. Por no saber nada de él, aunque no es como que quisiera saberlo. En realidad, no me gustaba nada, no había motivo por el cual, yo tuviera que saber su vida personal. ¿No me gustaba? No, en realidad me encantaba.
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Tentación prohibida©
Teen FictionNunca Sabremos si los caminos de dos personas se cruzan por destino o solo por casualidad, pero de algo estoy segura... Que el camino suyo y el mío están unidos... Y no sabré si seguiremos así. No siempre se trata de cuánto dure, si no de lo que si...