Prólogo

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Mia

Hace tiempo conocí a un chico; él era unos 2 años mayor que yo, era apuesto, con unos ojos del mismo color que los míos, alto, "atlético", pelinegro, y guapo, realmente guapo.
Recuerdo que cuando yo entré a secundaria, el estaba en primero de bachillerato... Mis compañeras solían decir que él era muy guapo, caballeroso y que ojalá algún día ellas llegasen a ser su novia; ¡Ja! Que tontas, alguien como él nunca llega a enamorarse, alguien como él es realmente tonto, solo juega con los sentimientos de las chicas... Y con los míos.
En fin, esto es algo que pensé luego de enamorarme e irse al lado de alguien más: ¿Saben? Nunca me gusto ver a alguien comer, me daba asco verlos abrir la boca para luego dar una mordida a lo demás, me daba asco escuchar como mascaban la comida... Pero lo vi mientras comía, y pensé que tal vez no era tan asqueroso, incluso era lindo ver las caras que hacía, y era aún más hermoso como sonreía al probar un buen sabor.
Solía pensar que el fútbol era un mal deporte, no le encontraba sentido; pensaba también que el Taekwondo era un deporte para gente agresiva, y era tonto escuchar los gritos cada 3 segundos... Pero eso cambio al verlo practicarlos, lo vi ahí todo sudado, sonriendo por las ocurrencias de sus compañeros de equipo, o simplemente porque ganó la pelea o el partido. Solía pensar que era un tonto, una persona insignificante, no me inspiraba confianza, que era una persona que hablaba sin saber... Pero después lo conocí y llamó mi atención, me di cuenta que me equivoqué en todo lo que pensaba de los demás, yo no podía simplemente "juzgar a un libro por su portada".
Solía pensar que una persona no me podía gustar tanto en unos pocos días, que no me haría daño si lo veía hablar más con otras personas que conmigo... Pero, de nuevo, me equivoqué, dejó de hablarme para hablarle a ella, y si acaso me dirigía la palabra, era para preguntarme por ella, ya que era mi amiga... ¿Y saben qué? Me dolió aún más cuando simplemente lo dejé ir hacia su chica ideal.
"Tu princesa al fin llegó, pues parece ya no encajo aquí, que seas muy feliz mi chico ideal. ¿Cómo fue que todo este amor se esfumó de repente, se fue y sin avisarme? Esto no fue más que un sueño irrealizable, solo un cuento de hadas ¿cierto?"

Desde entonces entendí que puedes aprender mucho solo observando a la gente, sus ojos, su rostro, sus movimientos, su habla... Aprendes más de la gente, cuándo ésta miente, cuándo se ríe con sinceridad, cuándo está triste, cuándo finge, cuándo es una maldita perra que se mete con el enamorado de su amiga... O aún mejor, cuándo es un maldito mujeriego que sólo enamora el oído para luego partirte el corazón...

TóxicoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora