Tóxico

Punto y final.

«Recuerda: No importa que tan buena persona seas. Todos somos los malos en la historia de alguien. Así que disfruta tu rol y al menos se un villano memorable» -Carlos Cortés.

El día de la misa para despedir a los de último grado, tanto de secundaria como de bachillerato, había llegado; nos presentamos y duró un buen rato, me aburrí al principio, pero luego empecé a cantarle en mi mente a Alexander, él estaba justo en línea recta delante mío, con 3 bancos de diferencia, se estaba durmiendo y eso me causó gracia y ternura, porque estaba cabeceando, le canté canciones de HoneyWorks que coincidían perfectamente con mi relación con él.

«¿Por qué mi ser amado tuvo que nacer años antes? ¿Por qué el amor que siento nunca pudo alcanzarte? Ya desde este lugar ni siquiera podré saludarte más, ahora para no molestarte, confinare mis sentimientos inalcanzables» -Hina, Senpai, HoneyWorks.

«Deja que este amor te pueda alcanzar, sin restricciones, que nos haga conectar, con este tenso y fuerte hilo rojo. Si tan siquiera te tocara mi amor, no estoy triste pero debo preguntarme ¿por qué siento que a punto estoy de romper a llorar? Sin importar el día en que lo confesé, aún hoy sin aceptar que todo terminó... Me alegra que fueras tú, te doy las gracias por ser mi primer amor Te agradezco por ser mi primer "te amo"» -Hina, Hana Ni Akai Ito, HoneyWorks.

Al terminar la misa nos levantamos de nuestros lugares, Alexander se acercó a Joanna, que se sentaba a mi lado, yo pedí con permiso para ir con mi hermana y mi madre, ella hizo a un lado sus piernas, yo pasé y justo me iba a ir cuando él me sujetó la muñeca derecha.

-Mi- no terminó de decir mi nombre cuando, mientras nos mirabamos a los ojos fijamente, Joanna se levantó de su lugar, lo tomó del brazo y yo me solté de su agarre, para luego, literalmente, salir corriendo con mi madre.

Al salir de la iglesia nos dirigimos a tomar el colectivo, pero nos encontramos un puesto de Esquites y Elotes justo en las escaleras que daban a la calle, así que mi madre nos preguntó si queríamos, yo pedí un elote y, mientras nos los hacían, ví a Joanna parada enfrente de la puerta del baño, me acerqué a ella porque recordé que le había prestado un libro, al parecer ella se iba a ir a otro estado para estudiar el próximo semestre, así que nos citamos en un sitio para despedirnos y que me devolviera mi libro... Justo estábamos acabando de arreglarnos cuando Alexander salió del baño.