¿Amistad?

23 1 7
                                    

«Mi vida estuvo llena de sangre y conflictos. Nunca necesite amor, ni en ese entonces ni ahora. Eso es solo un estúpido pasatiempo para mujeres del asqueroso mundo de adultos en el que vivo.» -Minene Uryū, Mirai Nikki.

—Porque confías en mi— de nuevo esas raras charlas con Alexander en la madrugada.

—¿A sí?

— Y porque en algún tiempo tendremos algo serio ;3— casi me ahogo al intentar no reírme escandalosamente para no despertar a nadie.

—Como si tu quisieras algo serio.

—¿Por qué no?— eso me había descolocado ¿no era una broma?

—Bueno, no conmigo, querido— nunca he sido la mejor opción de nadie.

—Venga.

—No me digas... Vamos a ser novios que caminan de la mano y se besan en público... ¡Por favor!— Fui lo más sarcástica posible para que se entendiera lo que quería dejarle en claro.

—Nel— solté un bufido, era obvio.

—Jaja ¿lo ves? Hasta estúpido se ve eso de tener algo serio— me burlaba de mi misma por creer lo mínimo que él decía... Que patética soy ¿no es verdad?

—Pero ese no es mi estilo.

—Ni el mío— no es que tenga algo contra esas parejas que lo hagan, pero simplemente el exhibicionismo no es lo mío.

—Ahí está.

—Jaja ¿ibas en serio con lo de algo serio?— claramente era una broma de parte de ambos ¿no?

—Sí, mujer— traté de reírme en medio de la oscuridad, pero solamente pude sentir como algo caliente bajaba por mi mejilla... ¿Estaba llorando? ¿Por algo tan estúpido? No, yo sabía que no era solo eso... Pero al final de cuentas lo ignoré. Era una tonta, por creerme todas sus mentiras.

—Perdón (?— y lloré hasta dormir... Por ilusionarme, por confiar en alguien que no lo vale, por mis problemas mentales, por lo que pasaba en casa, por todo.

Me encontraba acostada en mi cama leyendo un poco cuando me llegó un mensaje de Messenger y, por mucho que lo traté de evitar, mi corazón saltó al imaginarme que era de Alexander

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Me encontraba acostada en mi cama leyendo un poco cuando me llegó un mensaje de Messenger y, por mucho que lo traté de evitar, mi corazón saltó al imaginarme que era de Alexander. Pero al abrir la aplicación me di cuenta que era un mensaje de una persona cuyo perfil estaba totalmente vacío, una tal "Antonia Garcia".

—Hola.

—Mmmmm... Hola ¿te conozco de algo?

—Qué si me conoces?? Ja! Claro que me conoces— pésima ortografía, y alguien que solo buscaba arruinarme la tarde.

—Mmmm... No recuerdo a ninguna "Antonia Garcia"— me hice la desentendida, quería llegar al fondo de eso.

—Ese no es mi nombre— lo sabía, no soy tan estúpida como parezco —Estudio en tu escuela.

TóxicoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora