✦Tenebris

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DISCLAIMER: Yuri On Ice no me pertenece.

ADVERTENCIA: OCC(?), Errores ortográficos, nuevo misterio(?), suspenso y corto :c

Al fic.

  ─── ∙ ~εïз~ ∙ ───  

Tenebris

Eres solamente un caníbal

Y me temo que no saldré vivo

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Se estremeció cuando el viento entro por su ventana. El sol se pegaba a su rostro mientras que las cortinas danzaban en un compás descontrolado y desordenado.

Yuuri ante el roce de las cortinas y el golpe violento a sus vidrios, abrió los ojos pesadamente y cubierto entre sabanas, miro su mesita de noche, encontrando la vieja radio que se suponía, siempre había estado guardada en los cajones.

Pero, sin ponerle tanta atención, la agarro y la prendió deseando deshacerse del silencio perpetuo y tenso que había en su habitación. Uno perturbador que seguía calando en su cuerpo como una cuchilla.

Ultimas noticias, se ha predicho que habrá una tormenta cerca de la ciudad. Se recomienda estar en casa y cerrar todas las ventanas, la temperatura bajara hasta unos 18 grados, compren velas y desconecten los electrodomésticos, puede que perdure hasta el día siguiente.

Yuuri agarro sus piernas y las acerco a su pecho acurrucándose más a las frazadas calientes. El frio violento que entraba por las ventanas no era tan acogedor como en un principio. Las nubes habían cubierto el sol y ahora, el cielo estaba nublado y oscuro.

Se giró al lado contrario de su ventana, pero la cama chillo a su movimiento con fuerza asustándole un poco. Abrió los ojos con rapidez y miro a su alrededor, su habitación sumida en un silencio sepulcral le inquietaba, sin embargo estaba sereno y calmado. Sentía que estaba solo en casa, que no habia algo paranormal o perturbador asechándole desde las sombras.

Por la radio una canción comenzó a sonar y él, tomo el valor de levantarse de cama para cerrar las ventanas. Sus piernas colgando y después tocando el suelo, sucedieron en un tiempo tan lento que Yuuri se preguntó si todavía seguía dormido. Quería seguir acostado, pero no quería que la brisa helada azotara su cuerpo sin piedad.

Sin pensarlo mucho, las palmas de sus pies tocaron el suelo. Se estremeció al contacto pero se enderezo con rapidez levantándose de cama. Luego se miró los pies y restregándose un ojo, se acercó despacio a cerrar la ventana. La madera vieja se crispaba a sus pasos, pero no siendo nada nuevo, prosiguió su camino y mirando una última vez el cielo sucio de neblina, cerro la ventana de un estrepito, arrullándose por la calidez que abundo en su cuarto, cuando asió las cortinas y las movio lentamente par-

¡Yuuri!

Un trueno irrumpió en el lugar y algo se estrelló contra su ventana con abrupta fuerza. Su corazón, desbocado y palpitando como tambores salvajes en una noche de sacrificios bajo una amarilla luna, subió hasta su garganta cuando curioso, abrió la cortina, asomando su rostro, encontrando...absolutamente nada.

— ¡Oye Yuuri! Volteo la mirada tan pálido como una calaca. Sudor frio bajo por su cien cuando encontró en el rostro del albino, un puchero infantil que menos de parecerle tierno, solo le puso los pelos de punta.

Réquiem/ViktuuriDonde viven las historias. Descúbrelo ahora