Réquiem/Viktuuri

✦Renascetur

DISCLAIMER: Yuri On Ice no me pertenece.

ADVERTENCIA: OCC(?), Errores ortográficos, psicosis y angustia.

Perdon por la demora beauties ;; con la canción se crea un ambiente que en lo personal, me encanta, disfruten.

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Renascetur

He caído en un abismo

Hondo y negro

Pero siempre al golpear el duro suelo

Encuentro tu mano cálida unida a la mía

.

.

.

— ¿Esta bien?

Fue un completo error que preguntara su estado, porque no sabía ni como se sentía. La mujer al otro lado balbuceo un par de cosas más y luego colgó, sin embargo, no soltó el teléfono incluso después de que los minutos se lo comieran vivo lentamente.

—S-Señor

Dejo el teléfono en su lugar y se tocó la cien sintiendo como palpitaba su cabeza ¿Mari? ¿Accidente? ¿Que podría morir?

Tambaleo asustando al pobre hombre y se sostuvo de una mesa arrugando el entrecejo. Su hermana había sido atropellada, estaba demacrada cruelmente y casi aplastada, debatiéndose entre la vida y la muerte, en una clínica muy lejos de ahí.

Se necesita un pariente.

Alzo la mirada de repente y vio como Takeshi se sobresaltaba ¿Tendría que salir de la mansión? Podría ir a ver a su hermana, era la excusa perfecta...

Chillo asustado, el vértigo repentino lo hizo sentarse en un sillón mientras que se limpiaba el sudor frio que llegaba a empapar su nariz; su hermana, hospital, accidente, sangre, muerte.

Podría morir.

Miro el suelo enterrándose las uñas en las mejillas, muerte, familia, soledad, hospital, funeral. Sus anteojos cayeron al piso cuando ahogo el grito entre sus manos y Takeshi se estremeció por dentro al escuchar el gutural bramido, retrocediendo y tropezando con una mesa.

Yuuri se arañaba su rostro, los hilillos de sangre brotaban sin parar, su hermana, salir, escapar...

Abandonar.

—Yuuri

Unas calidas manos tocaron las suyas y lo alejaron de su rostro lastimado, la tersa voz que lo llamo lo hizo levantar la cabeza, sumergirse hacia la realidad. Miro los luceros azules del albino y sintió como acunaban sus mejillas y le limpiaban la sangre con extrema ternura.

—No es hora de enloquecer mi amor, tu hermana no importa ahora, es más, no importa ya.

Volteo hacia la derecha y entrecerró los ojos, Takeshi dudaba de acercarse, temblaba de pies a cabeza, pero no era capaz de decir algo por el miedo.

Se froto los ojos parpadeando, pero Viktor ya no estaba, luego, se tocó sus manos sintiendo todavía el calor y se palmeo las mejillas lastimadas, demonios, no podía perder la poca cordura que tenía.