--EPILOGO--

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"Frank no lo sabe. Pero está muerto por sobredosis desde hace un año..."

Hola, soy Frank Iero.

La verdad es que no sé si a alguien le interese saber de mí, digo, no soy famoso ni nada por el estilo. Pero soy un humano muy interesante. O por lo menos soy interesante para mí mismo. Bueno, soy más interesante que esta bola de idiotas que están conmigo en la escuela católica a la que me enviaron por haber sufrido una sobredosis de litio el año pasado. Es una especie de castigo el estar aquí y créanme que tengo las mismas ganas de matarme con drogas justo como cuando entré a esta cosa.

"Vive lo mismo todos los días y a cierta hora, despierta justo donde inició."

Todos aquí lucen como chinos, se ven iguales, con una expresión de seriedad en el rostro. No puedo creer lo que les hacen estas señoras a los jóvenes, ahorita deberíamos estar embriagándonos, no mierdas como estas.

- Bendigamos los sagrados alimentos, mis queridos niños – dice una monja. Su nombre es Jane, es vieja, gorda y canosa. Típico – recuerden que no pueden comer nada hasta que el alimento haya sido bendecido, por ustedes... mis puros niños.

Siempre es lo mismo. Estoy tan enfurecido, ni quien quiera bendecir esta mierda de caballo. Todos son una bola de hipócritas, incluso las malditas monjas. Por Dios, Por Dios, increíble lo doble cara que son todos. Miro mis muñecas y reprimo todo el veneno que está por salir de mi boca.

"Nunca recuerda nada de lo que pasa y eso al menos es mejor que recordarlo todo, como yo y volver vivirlo por el resto de mis días."

Soy mejor que todos esos.

- Ya llegamos, corderito de Dios – me dice. Volteo para mirarla, será la ultima vez que la vea, tanto que la odié por un año y ahora me desharé de ella como bajarle al retrete. Examino su rostro para grabarlo en mi corazón y después apuñalarme con una de las navajas de papá para asesinarla tan siquiera en mi mente.

- Lo sé.

- Ve con Dios – me dice.

"Yo soy – era – Gerard fucking way, y también me suicidé. Y desde entonces caí aquí, por casualidad de la vida y ahora... espero en su habitación, fumando marihuana en cuanto el chico viene de nuevo para volver a conocerme."

Me está mirando, lo puedo ver, mira por la cortina de humo y me mira a mí mientras sigue inhalando del porro. Me sonríe.

- Hola, ¿Sabías que la ira es un reflejo de personalidad triste e inseguridad?

Lo empujo y este casi cae, pero dije casi, porque no se cayó. Lo miro sin poder creerlo ¿qué es esto? ¿Me voy y le dan mi cuarto a un extraño? ¡A un extraño! El chico regresa hacia MI cama y se vuelve a recostar.

- Oye, ¿Quién eres? – me pregunta.

- ¡Soy el dueño y señor de esta puta habitación! ¡¿Quién mierda eres tú?!

Se levanta y camina hacia mí.

- Soy Gerard fucking Way.

"Me gusta mucho Frank y siempre espero a que llegue por sus cobijas para poder besarlo. Lo beso diario y eso me tranquiliza, al menos no estoy solo como cuando estaba vivo"

Gerard fucking Way se acuesta a mi lado y mira en mí misma dirección. Le sonríe al cielo como si estuviera en paz, como si hace unas horas no intentó cortarse las venas. Veo unas rayas rojas en lo poco que se puede ver de su espalda, ya que la tiene pegada al suelo, y me atrevo a preguntar.

- ¿Qué tienes allí? – señalo su espalda.

- Oh – tose – es un tatuaje – se sienta para que lo pueda observar mejor y me siento al igual que él.

Lo toco. Asimila la figura de una llama ardiendo. No parece un chico de tatuajes y tal parece que es el único que tiene. Pero... ¿Qué mierdas significa?

- Significa pasión – me mira – lujuria, deseo, ira... valor y que algún día seré consumido por todo aquello que me dirigirá directo a la tumba.

"Él y yo somos la misma persona, Dios. Ese tatuaje no es mío, es suyo y siempre lo ha sido. Esas venas ensangrentadas son suyas también y los cortes en su cara... Frank es un sínico, pero él no lo quiere creer y lo refleja en mí."

Cierro la puerta de la habitación y me acerco a él y le quito la navaja de las manos, y sin querer, le corté un poco más. Ahora me mira furioso.

- ¿Qué estás haciendo?

- No, ¿qué mierda estás haciendo tú? ¡¿Se te zafó un tornillo?!

- Los humanos no tenemos tornillos, Frank.

- No me vengas con esas cosas, sabes a lo que me refiero – refuto – llegas, te cortas los brazos por una tontería, sales en calzones a la calle, te masturbas sin escrúpulos frente a mí, tienes lentes... y, y, luego te cortas las mejillas ¿¡Qué carajos eres tú!?

- Tu pregunta no está correctamente formulada. Es errónea. ¿Puedes salir de mi habitación, por favor?

"Pero... ¿y qué? Ambos estamos muertos. Frank es un hombre de fe, bien dijo él, pero cometió el peor pecado de todos, su propia muerte... él ha perdido su religión, es lujurioso, envidioso, soberbio, perezoso, ávaro, goloso y lleno de ira, es un pecador..."

- Ya son las seis de la mañana, Frank – dice.

- ¿Qué MIERDA pasa?

- Lo mismo de todos los días – asiente – oye... - lo miro sin saber qué hacer con mi vida – te amo.

"Y otra vez..."

Hola, soy Frank Iero.

Loosing my religion [Frank&Gerard]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora