Capítulo 13

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—¿Qué te dijo?—Inquirió mi amigo al ver que colgaba la llamada.

—¿Quién?.

—Riley.

—¿Riley... Qué cosa?.

—Qué fue lo que Riley te dijo, rubia.

—Ah, sí... Dijo... Ella dijo que... Vendrá en un rato a... Una pijamada aquí con... Lucas y Zay y...

—Escúpelo ya.—Dijo determinado.

Podría jurar que él también sabe qué es lo que intento decirle y, por más que intente ocultárselo todo resultará en vano. Me refiero a qué, oh vamos, estoy frente a un científico.

—Smackle...

—No.

—Ella también vendrá.—Dije para cubrirme los ojos con mis manos, no quería ver qué sucedería.

—No—repitió y yo me destapé los ojos para mirarlo.

Parecía como sumido en sus propios pensamientos, vaya Dios a saber cuántas cosas pasan por su mente en este momento. Miraba un punto fijo de la nada, y cuando chasqueé mis dedos frente a él, su ceño se arrugó en un gesto de molestia, pero que a mí me pareció adorable. Farkle molesto daba más ternura que miedo.

Aunque en realidad yo creía saber lo que pasaría: una rabieta del genio.

—Maya Hart, ¡eres una insensata!

—¿Una qué?—pregunté haciéndome la desentendida.

—¿No pudiste haber dicho que no?

—No.

—Aghhh, en serio a veces eres tan... ¡es Smackle! Sabes bien la situación por la que estamos pasando y que no quiero repetir. Ella me incomoda aún, ya no sé si estamos bien o mal.

—Pues lo averiguaremos en unos momentos. Hay que preparar las cosas.

Si algo había aprendido de Farkle, es que sus rabietas duraban poco. Así que luego de unos minutos, derrotado, comenzó a ayudarme para organizar las cosas para la pijamada.

[...]

Cuando el timbre sonó, fui yo a abrir mientras mi amigo se preparaba mentalmente para afrontar a su ex novia. Parecía estar rezando todas las oraciones que sabía.

—¡Hey chicos!—nos saludó una sonriente Riley del otro lado de la puerta.

Todos entraron y se acomodaron en la casa. Vi a Farkle saludarlos a todos, pero cuando llegó con la de lentes se notó tenso de cierto modo.

Aunque pronto con el paso del tiempo esa tensión comenzó a disminuir gracias a las divertidas cosas que hicimos con nuestros amigos.

Vimos películas, comimos pizza, incluso tuvimos una guerra de almohadas. Nos la estábamos pasando bien. Eso hasta que Zay tuvo la gran idea de jugar verdad o reto. Ahí comenzó lo verdadero... profundo.

—Lucas—indicó Zay—¿Verdad o reto?

—Soy un valiente vaquero; elijo reto.

—Tienes que comer una rebanada de pizza en un minuto, o de lo contrario deberás bailar una de esas canciones de trap que tanto detestas.

Yo obtuve un vídeo del Huckleberry haciendo ridículos pasos de baile.

—Bien, Riley—dijo Isadora—, ¿verdad o reto?

—Verdad.

—¿Si pudieras cambiar a Lucas por otro chico, por quién lo cambiarías?

—Incómodooo—Cantamos Zay y yo viendo a mi mejor amiga removerse en su lugar.

—Humm probablemente por Charlie Puth.

—Hey, artistas no valen.

—No avisaste antes, ni modos.

—Jajajaja, bien, mi turno.—Le tocaba a Lucas.—Maya, ¿verdad o reto?

—Verdad.

—Aburrida—Me dijo Zay ganándose una mirada fulminante de mi parte.

—Bien. Maya, si tuvieras que pasar el último día de tu vida con un chico, en un cuarto blanco, sin nada más, ¿a quién elegirías?

Por inercia y casi inconscientemente, de forma automática mis labios se movieron solos.

—Farkle—Dije con una seguridad que ni yo sabía que tenía.

Pero era cierto; él era mi mejor amigo, y me conocía a la perfección con cada uno de mis defectos. Y yo sabía que él, aún conociendo el peligro que quedarse a solas conmigo representaba, sería la única persona (sin contar a Riley) que se atrevería a soportarme. Él era alguien con quien yo podría pasar todo el día sin necesidad de nada más, sólo hablando de cualquier cosa, divirtiéndonos a nuestra extraña manera; él siempre estaría para mí y escucharía mis tonterías. Porque Farkle me quería.

Farkle me quería.

Aquello me provocó un bienestar que se instaló unos segundos en mi estómago. Un extraño bienestar, que no me parecía tan desagradable.

Todos me miraban con una sonrisa de complicidad, excepto mi amigo castaño que lucía conmocionado y feliz a la vez. Sacudí mi cabeza y me apresuré a hablar.

—Isadora, verdad o reto.

—Reto.

—Te reto a marcarle a tu mamá diciéndole que te secuestraron y que no sabes qué hacer.

—¡Mi mamá va a matarme!

—Así es el riesgo.

Smackle se negó rotundamente, no quería cumplir el reto que ella se había arriesgado a tomar. Yo me mantenía firme, pero de tantas insistencias y sin ningún derecho a intervenir, Zay le dijo:

—Lo haces o deberás besarme.

Y aunque todos pensábamos que la de lentes preferiría mil veces llamar a su madre antes que besar a nuestro amigo, enorme fue nuestra sorpresa cuando la vimos pararse y dirigirse hasta Zay con paso decidido hasta plantarse frente a él y aplastar sus labios en los suyos, en un profundo beso que logró hacer que nuestras mandíbulas casi tocaran el suelo.

Farkle por su parte lucía tranquilo, un poco incómodo, pero más relajado de lo que yo suponía que debería esta. Es decir ¡su ex estaba besándose con uno de sus mejores amigos! Eso sería extraño de ver, para mí.

Aún a pesar de eso, lo vi levantarse con dirección a su cuarto donde cerró la puerta con suavidad. Aquello me produjo algo que muy pocas veces sentía: preocupación. Me levanté igual y fui tras él, sintiéndome ahora, además de preocupada, molesta con Smacke por provocar ese tipo de actitudes en mi mejor amigo.

Strange Feelings © | GMW [Markle]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora