The Rapper [Yoonseok/Sope]

8

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No sabía lo que pasaba por su mente. No sabía como había llegado a eso. Tampoco sabía por que corrió como un desquiciado cuando recibió una llamada de alguien desconocido, diciéndole que aquel omega que había conocido horas atrás necesitaba su ayuda. No se lo cuestionaba, pues tenía miedo de la respuesta. Nunca antes, Min Yoongi se había sentido tan completo al ver una sonrisa ajena. Había salido con chicas, chicas muy guapas, era la envidia de toda la escuela, pero nunca sintió verdadera felicidad estando con ellas. Hasta el momento, Yoongi pensaba que la única felicidad se encontraba en hacer lo que más te gustaba, en cumplir un sueño que albergas dentro de ti cuando descubres que es lo que realmente te gusta, Yoongi no se creía esas historias de amor, se reía cuando alguien hacía algo romántico, se burlaba de los que se quedaban mirando a su pareja embobados. Idiotas ,pensaba el alfa. Sin embargo, ahí estaba él, con su estómago inquieto solo con oír la risa del menor.

-Es broma, ¿cierto?-Dijo sin dejar de reírse y con un leve sonrojo de su cara.

-¿Quieres que sea verdad?

Silencio. Hoseok no iba a admitir en voz alta, y menos en presencia del mayor, que este le atraía de muchas maneras. Tanto su físico como lo poco que conocía de él impulsaban a su omega interior a no separarse de su lado. Deseaba llamarlo Daddy, claro que lo hacía, pero no se dejó llevar por el deseo, y pensó un poco en sus actos.

-Te das cuenta de lo que me estas pidiendo, ¿no?-Habló el menor.- No sé porque me pides eso, pero creo que hay mejores opciones que yo.

Poco a poco, el omega se retiraba de su posición, dispuesto a volver a sentarse y hacer como si nada hubiese pasado, tomándolo como una tonta broma por parte del mayor. Iba a dejarlo todo ahí, por el bien de ambos, pero cuando Yoongi le sujetó las caderas con fuerza, obligándolo a quedarse quieto, no pudo evitar sonrojarse cuando gimió suavemente ante el acto. Para su mala suerte, su entrada aún quedaba un poco sensible por culpa de Chul. Cuando lo hacían, más bien, cuando Chul le obligaba, Hoseok no sentía ni la más mínima excitación, por lo cual, su entrada nunca estaba dilatada. Esa no era la excepción, y Hoseok se murió de vergüenza ante eso.

Yoongi le miró sorprendido, pero no tardó en reaccionar y a llevar su boca al cuello del contrario. El omega tenía un olor tan único y perfecto, de esos que nunca te cansas de oler. Repartió pequeños besos húmedos, sacándole suspiros a Hoseok. Este, se olvidó de la vergüenza, y pegó el alfa a su cuerpo poniendo sus manos en la nuca de este, haciendo el espacio entre ellos inexistente. Poco a poco, Yoongi iba subiendo hasta la boca del menor, dando su segundo beso en aquella fría noche. Mas esta vez, habían segundas intenciones por parte de ambos lados. Como si estuvieran destinados, sus labios encajaban perfectamente. Yoongi tomó la iniciativa y se abrió paso en la boca contraria, empezando un vaivén tranquilo, pero enloquecedor. Querían seguir, pero el poco oxígeno que quedaba en sus pulmones se agotó, y tuvieron que separarse. Sus labios estaban a tan poca distancia que podían sentir la respiración del otro. Podrían haberse seguido besando después de tomar algo de aire, pero estaban perdidos en los ojos del otro. ¿Lujuria? ¿Deseo? ¿Pasión? Hoseok no sabía lo que había en aquellos oscuros ojos, pero no pudo evitar sonreír. Fue el alfa el cual rompió el contacto, para mirar los labios contrarios. Hoseok, sin pensarlo mucho, le lamió la mejilla a Yoongi.

-¿Conque esas tenemos? Vas a ver. -Dijo para darle una apretón de nalgas, tumbarle en la cama y situarse encima de él.

-¿Daddy se enfadó?

Claramente, Hoseok se metió en la boca del lobo. Todo podría haber seguido normal, hubieran tenido sexo y después de unos días no se volverían a ver. Al fin y al cabo, Yoongi no se preocuparía por él. Yoongi no se preocupaba por nadie, y si lo hacia, nunca lo admitiría. Pero claro, Yoongi tampoco deja las cosas a medias. Horas antes, cuando le dijo que volviera a su estudio, lo decía en serio. El olor de Hoseok le calentó más de lo normal, y no le bastó con masturbarse unas cuantas veces. Necesitaba que fuera real, necesitaba sentir los gemidos del omega. Para saciar a la polla de Yoongi, por supuesto.