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Min Yoongi era un alfa con un aura muy intensa. Toda persona que estuviera a 5 metros de él podía estar de acuerdo con eso. Era frío con las personas, y pocas veces le verías sonreír de verdad. Tenía unos pocos amigos, ya que los demás tenian miedo de acercarse y que Yoongi le partiera el pecho. También era respetado por el talento que tenía a la hora de rapear. Según él, rapear era una forma de expresarse, de compartir lo que pensaba con el mundo. Pero a la hora de enseñarle a sus fans el nuevo proyecto que había sacado, todos se quedaban de piedra al ver con que ferocidad lo hacía. Y siendo tan sólo un chico de 24 años.

Vivía solo, en un apartamento situado en Seúl. Se independizó a los 19, ya que nadie en su família aceptaba la decisión del chico para convertirse en rapero. Seguidas veces se pregunta si su Yoongi del pasado estaría orgulloso del Yoongi actual. Con su propia empresa llamada SUGA, con un éxito en toda Corea del Sur. Hacía lo que más le gustaba, componer canciones y ver como la gente disfrutaba de ellas. Ver como la gente le mostraba tanto apoyo.

Debido a su gran éxito, muchos omegas, alfas e incluso betas querían tener a Min en sus manos. Ya eran varias las personas que se le habían confesado, trabajadores mismos. Pero el siempre rechazaba a todos. Ni el más millonario ni el más guapo de todo el país conseguían conquistar el corazón del exitoso rapero. Al menos, eso pensaba él.

Era jueves por la tarde, hora de irse a casa. Yoongi ya estaba preparando sus cosas para salir de su oficina y bajar por el ascensor, pero su secretario y amigo le llamó.

-¡Yoongo! ¡Espera un momento!-El chico se le acercó corriendo.-Ha llegado un informe ahora mismo diciendo que mañana a primera hora, vendrán 8 estudiantes para visitarte personalmente. Son de la universidad nacional, los únicos que han superado el exámen final de producción. El director me acaba de decir que quiere que usted personalmente le enseñe como es el mundo laboral desde el punto de vista de un exitoso empresario.

A Yoongi no le hacía mucha gracia, puesto que a él no le gusta que le miren o graben mientras trabaja, pero no se podía negar. Si lo hacia, eso dañaría su imagen y lo tacharian del típico dueño egocéntrico que no quiere saber nada de nadie y que solo le importa el dinero.

-Está bien. Deja esto un poco preparado antes de irse, yo vendré un poco más temprano para ver si está todo en orden-. Dice para darse la vuelta y volver a tomar su camino hacia el ascensor.- Hasta mañana, Jin.

-Ahora soy la señora de la limpieza-. Se quejaba Seokjin mientras volvía a su escritorio para hacer justo lo que le habían pedido.

Mientras bajaba, se preguntaba como serían esos chicos. Si habría alguna chica. Si en un futuro alguno de ellos sería una persona de éxito. Toda clase de preguntas se le vinieron a la cabeza mientras entraba en el aparcamiento y se subía a su coche para irse a casa. En el trayecto puso la radio y se distrajo un poco. Como era habitual, alguna de sus canciones se podía escuchar desde cualquier emisora. Esto le gustaba al pelinegro, ya que le indicaba que iba por buen camino.

Cuando llegó a su apartamento, se fue directamente a ducharse, aunque ya lo haya hecho esa mañana, y se fue a dormir. Por su suerte, no sabía que su vida iba a cambiar totalmente el día siguiente.

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¿Qué les parece? Es mi primer fanfic así que va a estar lleno de errores :v. Pido disculpas por eso lol. Espero que les haya gustado.

Siento que sea tan corto.

¿Quién más esta emocionada por el comeback? Yo no puedo esperar MÁS.

The Rapper [Yoonseok/Sope]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora