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  °~*°~*°~* 

 Cuando Min despertó, lo primero que hizo fue tirar su despertador al suelo. Odiaba despertarse temprano. Y ese día lo odio más, porque tendría que enseñarle a unos niños como era su día a día. Se levantó a duras penas, y se dirigió al baño para darse una ducha de agua fría. Eso le ayudaba para poder tener una visión de como transcurrirían las cosas en su trabajo. Cuando acabó de aclarase el cabello, estiró el brazo para alcanzar la toalla que dejaba colgada para ponérsela alrededor de la cintura. Cuando pasó delante del espejo, se dio el lujo de apreciar su delgado cuerpo. Todavía no sabía  porque atraía a la gente. Según él, no era guapo y le sobraban algunos kilos. A causa de eso, no comía en cantidad, y cuando tenia hambre y no era hora de comer, bebía café. Sus amigos ya le habían advertido varias veces de que eso no era sano, y que si seguía así, tendría que ir al hospital. Esa no era su gran preocupación, Así que escasas veces se alimentaba adecuadamente. Ver con sus ojos su piel pálida y sus músculos no muy marcados, no le hizo cambiar de opinión acerca de comer bien.

Salió del baño para vestirse. Escogió algo elegante pero a la vez cómodo. Un suéter de cuello alto negro junto a su abrigo del mismo color. Decidió completar su outfit con unas gafas de mentira negras. Antes de irse, tomó un vaso de yogur líquido con sabor a fresa como su único desayuno, y salió corriendo, puesto que si no salía en ese momento, no tendría tiempo para tenerlo todo preparado cuando vengan a invadir su espacio.

ya en su coche y de camino a su edificio, estuvo pensando que podría enseñarles primero, si debería recibirlos en la entrada de la planta baja o sentado en su sala de producción, si vendrían acompañados o solos...Todas esas dudas se dispersaron cuando al llegar, visualizó a un grupo de jóvenes hablando entre ellos delante de la entrada. Pensó que podrían ser ellos, y la presión aumentó. 

Entró al aparcamiento y subió lo más rápido que pudo a la séptima planta. Su sala estaba prácticamente presentable, a pesar de algunos papeles tirados por el suelo y tazas de café encima de la mesa. Sin importarle nada y a causa de las prisas, recogió todo y lo tiró a la basura. Dejó la puerta abierta y puso un poco de ambientador. Volvió a correr, pero esta vez buscando a Seokjin para que le diera información. Todavía faltaban 10 minutos para la hora acordada. Agradeció cuando subió a la décima planta, donde estaba su oficina y al lado de esta la de su secretario, y lo encontró quitando la ultima mota de polvo de su escritorio.

-¡Hasta que por fin llega el señorito! He tenido que retener a los jóvenes un rato, están muy impacientes por conocerte. No le digas a nadie, pero uno de ellos esta buenísimo. Me pregunto como se llamará...¡Tengo una idea! ¿Qué tal si me los presentas? Puedes decir que si necesitan algo estoy aquí y esas cosas. Quién sabe, a lo mejor sabe apreciar la belleza y me habla.

Yoongi puso sus ojos en blanco como única respuesta y se relajó un poco sabiendo que todo estaba en orden. Jin seguía hablando de lo atractivo que era ese chico y preguntándose mil cosas. Estaba claro que el pelinegro no le escuchaba cuando su amigo le movió el hombro.

-Estaría bien que por una vez en tu vida me escucharas, maldito. Te decía que te conozco de muchos años ya, y sé de sobras que no te has preparado nada. Por eso te he hecho este resumen para guiarte-.Agarró una pequeña hoja que tenía encima de su escritorio y se la entregó a Yoongi. Este no supo como responder, así que le dedicó una pequeña sonrisa y un casi inaudible gracias. -Wow, tampoco me hagas un altar.

Seokjin era un alfa para sorpresa de todos. Él y Yoongi se conocieron entrando en una cafetería que solían frecuentar los dos. Un día, Jin se acercó a hablarle, y ese fue el comienzo de su bonita amistad. Jin ya sabia como de frío era su amigo, y nunca dejaba pasar ninguna oportunidad para burlarse de eso. Varias veces le había dicho que si seguía así, no iba a encontrar al amor de su vida. 

-Cállate y bajemos ya. ¿No quieres conocer a tu querido príncipe azul?- Dijo sin quitar la vista de la hoja y caminando para coger el ascensor.

El pelirosa solo pudo asentir y seguir a Yoongi. Faltaban 2 minutos para que fueran las 8:30.

Cuando se abrieron las puertas del ascensor, un olor intenso de mezclas entre alfas y omegas invadió la nariz de ambos alfas. El grupo de chicos que antes estaba fuera, ahora estaba situado ocupando los sillones y llamando la atención de todos por los gritos y risas que provocaban. En especial uno que no podía contener su emoción y hacía el primer paso de baile que se le viniera a la cabeza.  A Yoongi le molestaba la gente escandalosa, pero de alguna manera le hizo gracia que estuvieran tan emocionados por conocer a alguien como él. Sin duda eran llamativos. Tenían su pelo de distintos colores. Seokjin se adelantó y salió a paso rápido, para acercarse a esos chicos.

-¡Bajen la voz!

Eso llamó la atención de unos cuantos, pero al ver como estos se callaron y se pusieron de pie, los otros giraron la mirada para encontrarse con un Min Yoongi caminando hacia ellos mirando su hoja de papel. 

-Ahora que tengo su atención me presento, yo soy Kim Seokjin, y soy el secretario de Yoongi.

Los 8 chicos se presentaron. A Jin se le notaba la felicidad en la cara por conocer el nombre del chico tan guapo, por lo que no era consciente del incomodo momento de silencio que había donde Yoongi se dedicaba a mirar fijamente a cada uno de ellos. 

<Es tan atractivo como decían>

<Espero que se fije en mi>

<Su olor es tan agradable>

<Parece un fantasma por lo blanco que es, lol>

Eran algunos de los pensamientos que habían en ese momento.

- Encantado. Pueden llamarme solo Yoongi. Sigan me, les mostraré donde compongo las canciones-. Dijo para darse la vuelta y volver a subir.-Si necesitan alguna cosa, no duden en acudir a cualquiera de nosotros dos. 

Solo algunos le contestaron. Los otros seguían impactados por el pelinegro. Cuando reaccionaron y subieron todos juntos por el ascensor, notó que el chico que estaba a su lado, a su parecer con cara de caballo y pelo naranja, le miraba de reojo a cada segundo que podía, y tiñendo sus mejillas de un rojo intenso pero adorable cada vez que era descubierto. Esto, en vez de molestar a Yoongi, le divertía. Incluso se atrevió a dedicarle una de sus sonrisas, esas en las que mostraba sus rosadas encías. No hace falta decir que alguno que otro tuvo celos de esa acción. 

-Ya hemos llegado-. Anunció el peli negro, sin antes dedicar una última sonrisa a Hoseok.

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¿Qué les ha parecido? Intenté hacerlo más largo.   

¿Escucharon Serendipity? Jimin canta hermoso omg.

Lo siento si hay errores tfuy.

The Rapper [Yoonseok/Sope]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora