Capítulo 5: Una noticia inesperada.

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John había pensado en una frase, una que siempre le fascinó pero que la reservaba con recelo para ponerla sólo en una canción demasiado especial... ¿Era el momento? Quizá sí.

    Tomó una de las hojas en las cuales Paul y él estaban trabajando escribiendo partes y tachándolas de nuevo. Paul se había ido del departamento media hora antes, después de aceptar la oferta de John de pasar la navidad con él, fue a su casa para poder practicar con el piano los ritmos y la melodía que iban a utilizar.

    Para estar trabajando obligadamente, no lo hacían mal, pero tampoco trabajaban por obligación, eso está mal fundamentado; lo hacían sólo para recordar viejos tiempos. Los que estaban condenados a lidiar eran sus egos.

    Aquella frase se le ocurrió a John mientras que viajaban a Japón para una de sus presentaciones, mientras observaba a Paul dormido todo el jodido camino, y se sintió feliz porque el cara de bebé era suyo, aunque muchas personas no aceptaban eso. Ya no lo era, pero otros pensamientos se desdoblaban en su mente.

   John fijo el lapicero por el papel, apretando fuertemente e intentando olvidar la cara de Paul cuando aún eran amigos de verdad. Sus pestañas, sus cachetes y esos labios que le tentaban a besarlos le hicieron quitar una sonrisa de lado. Pero se reprendió, quitándose todo pensamiento fuera de término de su cabeza, aunque él hubiera sido el que dijo que los pensamientos fuera de término no estaban mal, sólo no eran comprendidos.

    John no era comprendido, a sus treinta años ya ni sabía lo que quería hacer de su carrera ¿Debería abandonarla por un tiempo? Pensó en la idea y concordó con la vocecilla en su mente diciéndole que la idea no era mala. 

   Fijo de nuevo su mirada al papel y empezó a escribir: "Malo..."

    Una voz le interrumpió, era Yoko que lo llamaba desde la habitación de ambos; John dejó a medias la frase y como buen esposo se levantó del asiento, con un resoplido de frustración por no poder trabajar. Al entrar a la habitación, Yoko saltó sobre él en un abrazo, John abrió bastante los ojos y sólo rodeó a la mujer por la cintura. Ella estaba diciendo palabras que no comprendía bien hasta que John la tranquilizó.

    —¿Qué sucede? —le dijo, tomándola del rostro y uniendo sus miradas, justo así como hacía con Paul cuando quería besarlo.

    —Me acaba de llamar el Doctor Freeman —dijo la mujer, casi con lágrimas en los ojos.

    John abrió los ojos asustado, ese doctor era quien les ayudaba para que Yoko pudiera quedar embarazada, pero era todo un problema hacerlo; la japonesa había pasado por varios abortos, culpa de las drogas consumidas, y ambos habían sufrido bastante en demasiado poco tiempo.

    —¿Y qué dijo? —interrogó John.

    Yoko sonrió, casi desfigurando su rostro.

    —Que nuestro bebé tiene muy altas posibilidades de sobrevivir, John.

    John abrió los ojos como platos y el color abandonó su rostro, ¿acaso era cierto? ¿Por qué Yoko no quiso decírselo?

    —¿Acaso tú...? —dijo John balbuceando, no podía cuadrar ni las palabras ni el pensamiento, en esos momentos sólo pensaba en Paul y en su reacción.

    —Sí, estoy embarazada John... ¡Y nuestro bebé va a vivir! —dijo feliz, abrazada por el cuello de John.

   Él, aún estático por la noticia, abrazó a Yoko por la cintura mientras ella se colgaba de su cuello. John estaba asustado, ahora cualquier forma de poder nuevamente llegar a Paul se había ido a la mismísima mierda, ya tenía una responsabilidad demasiado grande con Yoko, ya ella estaba embarazada.

   —Pe-pero,  ¿hace cuánto tiempo? —dijo John confundido, Yoko nunca se lo quiso decir... ¿Por qué?

    John abrazó a Yoko de nuevo, pensando más en cómo Paul tomaría eso que en el nombre de su bebé.

    —Tres meses, John. Pero no te lo quise decir por miedo a que suceda lo de siempre porque... después tú sufres y no me agrada verte sufrir, cariño.

    Si es que Yoko realmente supiera que John sufre todo el rato, si realmente le comprendiera.

    John sufre por Paul.

    Porque no puede tenerlo.

    Porque no lo tendrá de nuevo. 

We Fail Again [McLennon]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora