capítulo 19: ¡adiós mamá!

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Maratón 3/5

El día recién comenzaba.

Habían pasado unos días desde el accidente con las marcas. EunHa debía irse hoy. La madre de Jimin, UmJi, se había marchado ayer por una pequeña urgencia en su trabajo.

Y ahí estaba YoonGi, esperando con paciencia que su madre terminara de alistarse para poder despedirla. Lo tenía esperando hace más de media hora y no tenía ni la menor idea de que tanto hacía la mujer.

Ya algo cansado fue a la habitación otorgada a su madre, y quiso pegarse un tiro. Su madre estaba durmiendo encima de la cama. Al menos, ya sabía de quien había heredado su flojera.

La sacudió fuertemente, haciéndola sobresaltar.

—¿¡qué crees que haces, Min?!—

—despertandote, ¿qué más?. Toma tus cosas y vamos a tu auto ya, me tienes esperando por ti exactamente cuarenta y cinco minutos...—

La madre bufó y tomó su cartera, aquella en la que llevaba su maquillaje y sus cosas mas preciadas. También, dejó un poco de base en la habitación de su hijo al lado de un condón y una pequeña botella de lubricante, encima de estas cosas puso una nota que decía "para un futuro. Me lo agradeces después" .

YoonGi tomó las llaves del auto y por fin pudo poner los pequeños bolsos que su madre llevaba en la parte trasera del auto, porque EunHa desconfiaba tanto de su hijo que se negaba a pasarle las llaves de su preciado auto. Todo estaba listo, pero ella seguía sin entrar al auto.

Pronto, ella salió con una aura brillante. Ella estaba lista y se sentía linda, además, llegando a su casa le esperaban treinta billetes. Así, cualquiera está feliz.

—bueno hijo, ya me voy. Espero no tener que volver pronto, ¿oíste?—

—no prometo nada, pero haré el intento... Te quiero, anciana. —

—también te quiero, vago.— porque esos dos Min no podían darse muestras de afecto como las familias normales.

EunHa arrancó el auto con algo de fuerza, y lo último que pudo escuchar antes de que la mujer desapareciera de su vista fue un; "me esperan treinta billetotes de mi inepto marido cuando llegue a casa, perras" y ahí supo que su madre nunca dejó las apuestas de lado.

Internamente deseaba que llegara viva a su casa. Eran tres horas de camino aproximadamente, y EunHa no sabía controlarse.

Se montó en su motocicleta y se encaminó a la casa de Jimin. Él iría a buscarlo para que fuesen a la universidad.

—¡Jimin!— llamó golpeando la puerta.

—¡ya voy!— se escuchó el suave grito desde adentro.

Jimin abrió la puerta dejando ver su lindo conjunto que consistía en una camiseta blanca con pequeños diseños de flores, un chaleco largo de un rosado pálido y unos pantalones marrón claro con detalles oscuros. Él se veía hermoso.

YoonGi lamió sus labios ahora resecos y le entregó uno de los cascos a Jimin.

—vamos rápido. —

Si lo seguía mirando, ya no podría contenerse y lo besaría ahí mismo.

Subieron al vehículo y se encaminaron a la universidad.

Cuando llegaron, Jimin corrió enseguida a seguir a JungKook. Últimamente tenía muchas más ganas de ver al menor, cosa que empezaba a molestar a YoonGi.

—¡buen día, Hyung!— saludó Taehyung sonriente.

—¡Suga Hyung!, ¿cómo amaneció hoy?— últimamente, Taehyung y Hoseok se veían mucho más unidos.

—muy bien, gracias por preguntar J-Hope...—

—¿y Jimin?—

—fue a acosar a JungKook—

—¿acosar?—

—como Jiminnie es muy tímido para hablarle en persona, prefiere seguirlo sigilosamente para saber qué hace...—

—y últimamente lo hace mucho más seguido...— gruñó molesto.

Taehyung y Hoseok se dedicaron una mirada y abrazaron al mayor al mismo tiempo.

YoonGi negó y rió con dulzura. Esos dos eran unos rayitos de sol.

El timbre de entrada sonó y Jimin corrió enseguida hasta YoonGi, tomándolo del brazo. Él se prometió que no volverían a arrebatarle a su mejor amigo.

Las clases transcurrieron normales, al igual que la hora de almuerzo, con la pequeña diferencia de que esta vez Jimin no estuvo con el grupo. JungKook había decidido almorzar en el patio, así que él solo tomó su almuerzo, se despidió de sus amigos y se fue al patio.

Cuando Jimin volvió por fin a la clase se veía con los ojos rojos y deprimido. YoonGi prefirió guardar las preguntas para más tarde.

Cuando las horas de clases por fin habían acabado, YoonGi acompañó a Jimin hasta su casa. Mientras el mayor se servía un vaso con agua escuchó un leve sollozo.

—Jiminnie...¿otra vez lloras por el cara de rata?—

—y-ya te he dicho que n-no le di-digas así, Hyung...— habló entre sollozos el menor.

—¿y cómo quieres que le diga?, ¿tu chico ideal?... Jimin, ¡me cansé de verte llorar por el mismo imbécil casi todos los días!—

—¡u-usted es muy injusto Hyung! ¡Yo amo a JungKook, él es el amor de mi vida! ¡Y usted no lo entiende p-porque nunca ha estado enamorado!— dijo, o más bien, gritó Jimin enfadado, sin saber que al decir eso rompía un poco más el corazón de su Hyung.

YoonGi suspiró— soy tu mejor amigo, pedazo de estúpido, te quiero mucho como para verte llorar por chicos que no te merecen...—

—p-pero yo lo amo...—

—eres imposible, ¿lo sabías?—

—lo siento Hyung...—

—esta bien, para algo soy tu mejor amigo, ¿no?, me quedaré contigo para consolarte las veces que sean necesarias...—

—Gracias Hyung, eres un gran amigo...—

Abrazó a su dongsaeng favorito por los hombros mientras dejaba suaves caricias en su cabello. Jimin, encantado por las pequeñas caricias del mayor, fue cerrando sus ojos poco a poco hasta que cayó rendido del sueño. Bueno, es normal tener tanto sueño si estuviste llorando por horas al ver que el chico al cual amas estaba besándose con otra persona...

YoonGi suspiró y pasó su mano por sus cabellos, totalmente frustrado. Sentía que no podía mas.

Ahí estaban de nuevo, esas ganas impresionantes de mandar todo a la mierda y olvidarse del pequeño de regordetas mejillas, pero solo con mirarlo unos segundos, la loca idea se iba de su cabeza haciéndolo estremecer, y es que, maldición, el menor ni siquiera debía hacer mucho para tener a YoonGi suspirando...

Acarició el sedoso cabello del menor con cariño y sonrió. A pesar de todo le gustaba ser amigo del menor, al menos tenía esa cercanía con él, otras personas tenían la mala suerte de enamorarse de gente que ni siquiera sabe de su existencia. Un ejemplo de esto es Jimin...

YoonGi se fue entregando poco a poco ante el sueño, hasta quedarse profundamente dormido junto a Jimin, en el sofá del menor.

Equivocado// YoonMinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora