Equivocado// YoonMin

Extra 1: "La vida de Suran"

Entonces, la pequeña y delgada chica de cabellos negros bajó del auto, viendo con una enorme sonrisa la casa frente a ella.

¡Era como una mansión!. Era gigantesca. Ella realmente veía a esa "enorme" casa como un castillo de cuentos de hadas... Aunque sólo era una casa más, no era más alta de lo común, y sus tonos de café y blanco sólo la hacían ver igual de monótona que las demás... Pero a los ojos de la pequeña niña, era un enorme castillo hermoso.

Sonrió con emoción a sus padres y corrió hasta la puerta que, favorablemente, estaba abierta.

Miró con sorpresa a su alrededor.

Habían muebles bellísimos. No eran como los viejos y desgastados muebles de su casa, estos brillaban y su tono de café aún estaba vigente, hermoso...

Subió, por primera vez en su vida, las escaleras hacia un segundo piso. La niña de diez años estaba emocionada.

-Suran, bebé, entiendo que estés emocionada, pero...- y soltó un bufido al ver a su hija subiendo con esfuerzo la escalera- ¡pero ten cuidado!, te puedes caer, cariño-

-¡no te preocupes, mami!, ¡subo con cuidado, mira!- y se lo demostró, subiendo con cuidado las enormes escaleras y afirmándose fuertemente del barandal.

-amor... Finalmente - sonrió la señora.

Su esposo suspiró de gozo y miró a su alrededor- les prometí a nuestra hija y a ti que las sacaría de ahí, y eso hice...-

-oh, cariño- sonrió enormemente, besando al padre de su bella hija y abrazándolo después.

Mientras tanto, la pequeña Suran miraba las bellas puertas de un blanco crema, abriendo todas las puertas a su disposición, viendo con admiración cada una de las habitaciones.

-creo que esta será la de mis papás... - murmuró al ver una amplia habitación con una cama matrimonial. Sonrió.

El pensamiento de que finalmente sus padres tendrían una cama así de grande era emocionante. Ahora podría ir a la cama de ellos cuando tuviera pesadillas...

Cerró la puerta con cuidado, temiendo el dañarla, y fue a la siguiente.

Una cama, el doble de grande de lo que era la que antes usaba, la recibió. Una sonrisa más grande se instaló en su rostro.

-¡mi habitación! - chilló completamente emocionada, corriendo hasta la cama y lanzándose a ella. - ¡mamá, papá, encontré mi habitación! -

-¡perfecto hija!, ¿¡por qué no nos ayudas a subir tus cosas para que podamos ordenarlas!?-

La pequeña pelinegra bajó las escaleras, con aún más cuidado que cuando las subió, y fue directamente hasta sus padres, para abrazarlos y, con todas las fuerzas que tenía, tomar una maleta y, con ayuda de sus padres, subirlas al segundo piso de su "gran castillo".

(...)

-¿por qué no sales a jugar un poco, mi vida?- preguntó su madre una vez toda su habitación ordenada.

-pero mami- hizo un puchero- yo quiero ayudarte a ordenar aquí -

-oh, pequeña, mira alrededor- la pequeña lo hizo, su madre rió dulcemente - todo esta listo, mi vida, sólo falta desempacar algunas cosas y ponerlas sobre estos lindos muebles, pero eso es algo que puedo hacer yo sola. Ya has hecho suficiente en tu habitación, casi la ordenas por completo tu sola, ahora quiero que vayas afuera y te hagas muchos amigos para jugar, ¿bien?-