Little Space © [Yaoi]

Navidad: HinaKoma

Copos de nieve.

Los copos de nieve descienden con lentitud en dirección a la cuidad, el aire frío comienza a sentirse, sin embargo, al ver las luces, los niños corriendo con emoción y el aroma a chocolate caliente salir de las casas o tiendas, hace que dejes de pensar sobre el clima, y recuerdes que la víspera de Navidad ha llegado.

En el centro de la plaza de la cuidad hay un gran árbol de Navidad, es tan alto que te duele el cuello al alzar la mirada para ver la estrella, al frente hay unos cuantos bancos y en uno de ellos, sentado, se encuentra Hinata Hajime, esperando a su mejor amigo.

Ambos habían acordado en reunirse en aquel lugar a las ocho de la noche para ir juntos al Festival Navideño en donde irán a un templo, rezarán, pedirán un deseo; después, comerán algo, subirán al mirador y ahí apreciarán los fuegos artificiales.

—Parece una cita —susurra el castaño con el ceño fruncido y suelta un pesado suspiro.

¿Cómo habían acordado algo así?

Hinata recuerda que estaban almorzando, en el colegio, estaban hablando de cualquier cosa, él tocó el tema que la Navidad estaba cerca y le preguntó al otro qué planes tenía.

—Mhm, realmente siempre paso solo la Navidad.

Le había respondido con una despreocupada sonrisa.

— ¿Tú clase no hace nada? — Preguntó un poco extrañado.

—Oh, bueno —frunció levemente el ceño—. Nanami dijo que harían una cena en la casa de Sonia.

— ¿Quién?

—La Super Princesa Definitiva de Preparatoria.

Hinata es del curso de reserva, por alguna razón, término conociendo a un Super Definitvo, su mejor amigo, creyó que sería algo pasajero; es decir, quién sería amigo de un sin talento. Esas personas son especiales, tienen potencial, son alguien importante, solo se juntan con su misma clase social.

Eso creía el de ojos verdes.

— ¿Quieres ir, Hinata?

—Ah, no creo que tus amigos acepten que un sin talento este en.....

Nagito Komaeda, el Super Suertudo Definitivo de Preparatoria y su mejor amigo, le había dado un zape en la nuca.

—El único que puede automenospreciarse soy yo —dijo en tono molesto y siguió comiendo—. Ellos no son como crees, estarán felices en conocerte —el gris lo miro de reojo— ¿Qué dices, Hinata?

Negó.

No había aceptado.

¿Por qué?

Simple, antes que se diera cuenta ya había dicho:

— ¿Y si hacemos algo juntos?

Sonríe, un poco, con gracia al recordar como las pálidas mejillas del albino habían tomado color.

— ¿Qué? — Komada giró el rostro para que no lo viera— ¿Hinata quiere pasar Navidad con una basu.... —ahora, el nombrado fue quien le dio un zape—. Lo siento.