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Navidad: KamuKoma

°Advertencia: No está ambientado en el tiempo de Danganronpa, tanto como Komaeda y Kamukura son personas normales.

Insistente.

Si Kamukura tendría que describir con una palabra la actitud de Komaeda sería aquella: insistente.

Chasquea la lengua con fastidio, deja el libro encima del sofá y camina hasta la puerta principal para abrirla.

— ¡Kamukura! — Dice el chico de cabellera blanca con una gran sonrisa—. Creí que no estabas en casa.

—Qué quieres —el tono es brusco y frunce el ceño con molestia—. Son las diez de la noche.

—Lo siento, Kamukura —el gris está arrepentido—. Sé que es tarde, pero...lo siento, será mejor que regrese mañana.

Gira sobre los talones con la intención de hacer lo que dijo, sin embargo, la mano del azabache encima de su hombro lo detiene.

—Ya estás aquí, Komaeda —dice en tono serio y se hace a un lado—. Más vale que sea rápido.

— ¡Gracias, Kamukura!

Entra al departamento emocionado, va a sentarse al sofá y sonríe al ver el libro, el cual le recomendó a su amigo hace algunos días, esta por preguntarle si le está gustando; pero frunce el ceño al notar algo en el hogar de Kamukura.

—Kamukura —este hace un sonido para que continúe—. Eh, si sabes que mañana es 24, ¿verdad?

Asiente entrando a la cocina.

—Bueno, entonces por qué no hay nada navideño —mira, de nuevo, el lugar y hace una mueca de tristeza.

—Porque no me gusta las fiestas —responde con simpleza regresando con una taza con chocolate—. Son aburridas.

— ¡No es cierto! — Protesta molesto—. Las fiestas son lo mejor debido a que la esperanza de la gente crece tanto, ¡que se puede apreciar la absoluta esperanza!

—Es monótona, cada año hacen lo mismo —deja la taza encima de la pequeña mesa de la sala—. Mismas películas, mismo significado, la misma cena, la misma decoración, las mismas canciones tan....

Calla al ver como el gris lo mira apagado.

Olvida que Komaeda es más sentimental que él, le gustan las fiestas porque aparte de la esperanza que puede ver, también es debido a que no sabe si podrá ser su última fiesta.

—Kamukura es un aburrido —menciona cruzando los brazos—. Pareces el grinch.

No puede creer que lo haya llamado de esa forma.

— ¿El qué?

—Ya lo dije.

—Komaeda —se sienta a su costado y este gira el rostro signo de berrinche.

—Será mejor que me vaya, señor aburrido —se pone de pie con rudeza y es jalado del brazo por el contrario— ¡Kamukura!

Los largos cabellos caen por los hombros del azabache acariciando las mejillas del albino, quien está algo sonrojado por la posición en la que están, puede oler el aroma natural de su compañero de clase y mejor amigo, trata de controlar los latidos de su corazón. No es un secreto, tanto como Kamukura y Komaeda saben que este último tiene una especie de atracción desconocida hacia el primero, ambos han formado una extraña relación; es decir, no son pareja, aunque algunas ocasiones se traten y tengan momentos como una.