The Sleeping Jotun (Thorki)

Capítulo 3: Arco y Flecha.

Loki acompañó al chico que acababa de conocer hacia donde se encontraba su instructor. En cualquier otro caso hubiera mantenido la daga en su mano por seguridad, pero con Thor no sentía peligro alguno. Así que simplemente caminó a su lado.

-¿Puedes convertirte en lo que sea? -Preguntó el rubio mientras caminaban.

-Me falta práctica, pero si puedo hacerlo. Aunque no cuando un enorme rubio interrumpe mi concentración. -Respondió. Esto hizo reír al muchacho. -¿De qué te ríes?

-De la forma en que lo dices, suenas a mi madre. -Comentó. -Deberías conocerla algún día, Loki.

-¿Nunca piensas lo que dices antes de decirlo? -Preguntó el pelinegro volteando a verlo.

-En realidad no. -Bromeó sonriente. Loki aún no sabía como alguien podía parecer tan feliz y se sintió mucho más confundido al darse cuenta de que se encontraba riendo.

Loki Laufeyson riendo sin sarcasmo ni ninguna travesura de por medio. Esto era algo que no se veía todos los días.

Antes de que alguno dijera otra cosa, divisaron a Clint a unos metros de distancia.

-Ese es mi instructor de arco y flecha, a la vez mi mejor amigo. -Dijo Thor cuando se acercaban a él. -¡Clint!

El castaño volteó a verlo y franció visiblemente el ceño al verlo con el otro chico.

-Thor ¿Qué rayos? -Preguntó el arquero levemente confundido.

-¿Recuerdas a la serpiente? Se convirtió en este hermoso chico. -Explicó como si fuera lo más corriente del mundo. Y es que el rubio estaba acostumbrado a que cosas raras pasaran dado que su madre también controlaba bien la magia. Él nunca heredó eso. De alguna forma todos lo veían como la versión más joven de Odín.

-¿Estás loco? ¿Y te lo trajiste? ¿No es peligroso? -Cuestionó Barton con desconfianza.

-No es peligroso, sólo algo malhumorado pero ríe como los ángeles. -Respondió el de cabellos dorados recibiendo una mirada muy extrañada de Loki, quién no había querido hablar hasta ese momento.

-Hola, hombre de las flechas. -Saludó el pelinegro, para luego ignorar la mano extendida del castaño. Éste se sintió un poco incómodo y regresó su mano a su posición natural.

-No lo sé, Thor, a tu padre no le gustaría que hables tanto con extraños. -Advirtió su amigo con severidad.

-No es un extraño, su nombre es Loki, deberías empezar a llamarlo así. Confío en él, no me haría daño. -Contestó con completa seguridad. Este chico era un misterio. Loki sintió que algo de removía en su interior al escuchar que un muchacho al que acababa de conocer lo defendía de esa manera. -Además, mi padre no tiene porqué saberlo porque tú no le dirás nada. -Lo señaló.

Al final logró que Clint cediera y le pidió que le enseñara a Loki la manera correcta de lanzar una flecha. Al principio, por supuesto, se negó. Pero la gente terminaba siempre cediendo a las peticiones del rubio.

-Tal vez sea difícil ahora o no te sientas completamente cómodo con esto, si no quieres... -Decía el castaño cuando el príncipe de Asgard le lanzó una mirada seria. -Bueno. -Le presto su arco y una flecha al pelinegro. -Primero que nada los pies deben estar abiertos en relación con los hombros. -Corrigió mientras ayudaba a Loki a tener la posición correcta. -Y sus puntas alineadas con la diana. La cuerda, que se sujeta con la primera falange de los dedos. -El joven Jotun admitió estar un poco confundido en esta parte. Clint rodó los ojos y decidió explicar. -Uno encima y dos debajo de la flecha. -El chico asintió -Toca el centro de la nariz y la mandíbula cuando se estira. -También lo guió en esta parte.