The Sleeping Jotun (Thorki)

Capítulo 9: Sueño de muerte.

Loki corría con toda la fuerza que daban sus pies, pero no era suficiente, se sentía cansado y no diferenciaba un árbol de otro en ese gran bosque. Sus piernas empezaban a doler y su respiración no ayudaba. Fenris andaba lealmente a su lado sin importar a donde se dirigiera y al mirar que su amo había perdido fuerzas y comenzaba a caer se posicionó debajo de él para cargarlo sobre su lomo. Lo ayudaba su gran tamaño y fuerza, además, cargar al joven no suponía ningún esfuerzo mayor.

El pelinegro se dejó llevar por el animal, quien conocía como nadie aquél viejo bosque. Loki agradeció tenerlo entonces; cuando no eres capaz de confiar en ninguna persona, es bueno que un lobo te acompañe.

Luego de unos minutos, al momento de recuperar por completo la razón, se dio cuenta de que Fenris lo había llevado muy cerca de la cabaña.

-Creo que ya puedo hacerlo por mí mismo, Fenris, gracias. -El adolescente se bajó del lomo del animal y confió de nuevo su peso a sus pies, los cuales aún parecían estar algo débiles, pero no tanto como antes.

Se paró frente a la puerta, inseguro de querer abrirla y ver la cara de las tres hadas que se encargaron de esconderle su verdadera identidad por tanto tiempo y que seguramente no se sentían para nada culpables. Se sintió como un tonto al darse cuenta de lo mucho que terminaron significando esos tres para él y más aún al descubrirse a sí mismo sollozando en silencio. Se sentía terrible, como si desencajara en cualquier lado, como si todo lo que había vivido no tuviese ningún sentido.

Sintió el contacto de su amigo de cuatro patas intentando subirle el ánimo, limpió las lágrimas que habían salido y sostuvo con firmeza el picaporte para luego darle vuelta y abrir la puerta finalmente.

El primero en correr hacia él fue Tony al ver que tenía una expresión tan triste y perdida. El siguiente fue Steve, quién tomó más importancia a las heridas superficiales que mostraba el joven, por otro lado Bruce se sintió más alarmado por el azul que se había apoderado de su brazo y que rápidamente se extendía hasta su cuello y demás.

-¿Qué sucedió, Loki? ¿Quién te lastimó? -Preguntó al instante el más bajo con tono preocupado.

-Dinos que no fue el cazador. -Añadió Bruce severamente.

El cazador...

Tan sólo pensar en Thor hacía que su ira aumentara y superara a su tristeza. Aquel rojo en los ojos del rey que tanto le atemorizó anteriormente estaba adueñándose de los suyos, haciendo que el verde esmeralda se apagara frente a este.

-Imagino que ya sabes. -Comentó Steve bajando la mirada y retrocediendo unos pasos al toparse con la mirada glaciar de Loki.

-Todo este tiempo. -Al fin se escuchó la voz del muchacho, más grave y furiosa que nunca. -¡Todo este tiempo y no pensaban decírmelo! -De él salió un campo de energía e hizo caer a las tres hadas. -¡Pensé que mis padres habían muerto! -Exclamó.

-Espera, Loki, deja que te expliquemos, nosotros no quisimos. -Pidió el de anteojos desde el suelo.

-Él dice la verdad. -Apoyó el más bajo. -El rey nos ordenó traerte aquí y cuidarte hasta que...

-¡Rápido! ¡Sin rodeos! ¡Quiero saberlo! -Exigió en un grito el pelinegro cuando la transformación hubo terminado.

-Hasta que el hechizo pasara. -Completó el rubio deseando hacerlo entender.

-O sea que si soy yo. -Las lágrimas volvieron a sus ojos. -Todo ese maleficio era para mí... -Miró sus manos con tristeza. -¡Exijo un nombre! ¿Quién me hizo esto? -Espetó sin más al alzar la mirada.

La respuesta que le dio Steve le hizo querer desboronarse allí mismo, como si ya no pudiera doler más.

Salió y azotó la puerta con toda la fuerza posible y le ordenó al lobo que lo llevara hacia el páramo en ese instante.