Capítulo 2

565 24 1
                                    

Una chica que conozco tiene marcas en sus muñecas. Un dia en el recreo nos lo enseñó. Todas apartaron la mirada, les asustaba esa imagen.

Ja! Ingenuas.

No saben lo mal que puede estar una persona para hacer eso; bueno, hay algunas excepciones como aquellas inutiles que solo se cortan para llamar la atención o simplemente por masoquismo.

Por mi parte, soy mas bien de la primera. Todo se me viene encima, todo me afecta de un modo u otro. Me estoy volviendo débil y sé cómo voy a acabar si llego al punto máximo.

Hay veces que si que me dan ganas, os puede parecer una tonteria. Tal vez porque lo es, pero hoy e cogido un boli rojo y me he empezado a hacer marcas con la tinta.

No sé por qué lo he hecho.

Tal vez necesitaba verlo en mi muñeca; tal vez necesitaba algo muy punzante en ese momento; tal vez he apretado tanto el boli porque necesitaba hacerme daño; porque sé que las críticas de mis compañeros de clase me afectan porque son ciertas aunque mis amigas digan que no.

Pero yo sé que en el fondo todo el mundo piensa lo mismo que yo de mí misma. Lo digan o no yo sé que lo piensan. Aunque mis padres me digan que siempre me imagino que la gente sólo piensa lo peor de mi.

Pero vamos a ser realistas ¿Qué tengo yo de bueno?

Me respondo yo solita a esa pregunta desde los 12 años, y la respuesta es: NADA. No tengo nada de bueno: soy desconfiada, desesperada y todo lo malo que te puedas imaginar.

A veces pienso en cuando era pequeña, creo que tenia una autoestima alta (o por lo menos aceptable). Recuerdo que fingía que no confiaba en mi misma y que tenía la autoestima baja. A lo mejor de tanto repetirlo en mi interior para que me saliera bien la actuacion delante de los demás empecé a creérmelo.

Pero mi autoestima cuando acabé sexto de primaria (con once años) no era tan mala. Es decir, sé que ya tenia unos pocos síntomas pero sé que cuando veia peliculas en las que unas adolescentes se venían abajo sabía que yo nunca haría eso. Algo me debió pasar cuando empecé el instituto para que mi autoestima bajara dandole un puñetazo a todo lo que se encontrara por delante.

Tal vez siempre he tenido baja autoestima pero la baja autoestima que puede tener una niña de cuatro años y cuando iba creciendo e iba averiguando mejor quién era,mi autoestima iba bajando.

Pero llegó un punto en el que bajó a la velocidad de la luz. Tuvo que ocurrir en un verano porque recuerdo que en primero tenia una autoestima baja, pero creo que no pensaba que solo me hacia sentir viva el dolor.

Qué ingenua era cuando era pequeña. Era esa chiquilla de pelo lacio, bajita y un poco regordeta que decia cosas malas de ella misma solo para dar la razón a los demás y que lo unico que intentaba era caer bien a todo el mundo.

Siempre he caído mal, nunca he entendido por qué. Aunque fuera la amiga perfecta; la que siempre te apoyaba y te hacía reír porque no soportaba ver llorar a la gente.

Supongo que no siempre puedo ser esa niña inocente que se preocupa por los demás.

Porque hay un momento en el que te cansas de dar amabilidad y sonrisas sin recibir lo mismo.

Empecé a pasar. Me costó tiempo pasar de: " Pobrecita, se me rompe el corazón" A: " Si llora será por algo. Que se las arregle solita." Y en algunos casos a: " Que se joda la muy zorra, que se lo merece esa hija de puta."

Me llevó tiempo pero, si no hubiera tomado esa decisión, a saber si seguiría viva en este momento... No, no lo creo.

I' m JenniferDonde viven las historias. Descúbrelo ahora