Tuvieron un buen almuerzo, caminaban hasta el auto hasta que Mackenzie se detuvo.
-Austin, ¿alguna vez has ido al lago que queda a las afueras de la ciudad en el atardecer?
-No. -Respondió Austin.
-¿Te parece si vamos? -Preguntó Mackenzie, mientras los dos se dirigian al auto.
-Claro, vamos. -Dijo Austin dejandose llevar.
Llegaron a un hermoso lago. Había mucha vida en ese lugar. Se bajaron del carro.
-Wow, es hermoso -Dijo él. Sabiendo que “hermoso” le quedaba corto.
-Lo sé, venía aquí cuando era una niña. Me gustaba mucho este lugar. Me trae buenos recuerdos.
-Mackenzie.. -Susurró Austin.
-¿Sí? -Dijo ella.
-¿Te puedo preguntar algo?
-Claro -Dijo con una sonrisa- ¿Qué cosa?
-¿Cómo fue que te hiciste como eres ahora o siempre fuiste así…? -Preguntó Austin mirando el piso. Temiendo haber hecho enojar a la chica que estaba a su lado. Después de unos minutos sin que Mack hubiera respondido a su pregunta, levanto la mirada para verla. Ella veía el lago con el ceño fruncido. Ella pudo sentir su mirada y lo volteó a ver.
Relajo la mirada y le sonrió.
-No. No siempre fui así. De niña fui muy… -se quedo unos segundos buscando la palabra correcta- de niña fui todo lo contrario a lo que soy ahora.
-¿Y porque ese cambio? -Pregunta Austin.
-Mmm, todo empezó creo que a los 8 años. Fue cuando mis padres empezaron a comprarme todo lo que yo quería, empezaron a complacerme con todo y me volví así.
-Claro… -Dijo Austin suspirando.
Se quedaron unos minutos en silencio. Hasta que Mackenzie habló.
-Te mentí. -Dijo bajando la mirada.
-¿Sobre qué? -Austin volteo a verla con una mirada inocente.
Ella lo miraba con el ceño fruncido, pero cuando lo vio después de varios segundos, relajo su rostro.
-Sobre la razón por la que te quiero llevar al baile.
Sí, estaba decidida a decirle a Austin todo sobre la apuesta. La única razón por la que “se hizo su amiga“, la única razón por la que estaban ahorita en este momento, allí.
-Entonces ¿Cuál es? -Preguntó Austin despues de esperar tanto.
-La razón es que… -un timbre de celular lo interrumpió. Austin sacó su IPhone del bolsillo de su pantalón y miro la pantalla.
-Es mi hermano, lo siento debo contestar.
-¿Hermano? ¿Pero si eres hijo único, no? -Dijo Mackenzie de mal modo.
