Dos meses después.
Todo el mundo en la escuela hablaba del chico nuevo, de su ropa de última moda, de su bronceado perfecto, del buen cuerpo que tenía, de esa sonrisa de estrella de Hollywood. No llevaba ni 10 minutos dentro de la escuela y ya él estaba en la boca de todos.
—Seguro ese chico será la competencia de Skyler.
—Obvio, seguro es tan egocéntrico como él.
Alex y Mohamed estaban hablando sobre el chico nuevo, mientras que Cale se encontraba jugando con su celular, entonces alguien se les acerco.
—¿Hanna? —Preguntó Alex sorprendido.
—¿Qué haces aquí? —Dijo Mohamed cortante.
—¿Has visto a Austin? Necesito hablar con él.
—No, no ha llegado y dudo que quiera hablar con alguien que lo traicionó. —Respondió Alex.
—Simplemente le dije la verdad, él fue quien decidió no creerme… —Dijo Hanna.
—Sí, pero.. —Lo interrumpió Mohamed— esa no era razón para irte con Skyler.
—Quiero hablar con él, quisiera arreglar las cosas, avísenme cuando llegue, por favor. —Dijo y se alejó de ellos.
Hola, hermoso.
¿Qué hay, lindo?
Dame tu número, papi.
Cosas como estas le decían a Austin cada chica que pasaba a su lado. Y no, no era parte de otra estúpida apuesta, simplemente era el hecho de que Austin había cambiado totalmente su look: se había deshecho de los brackets, pues ya no era necesario que los llevará, se había comprado un par de lentes de contacto, había pasado las vacaciones en una playa tropical y se había ganado un buen bronceado, desasiéndose de su piel blanca como la nieve, y había renovado totalmente su guardarropa, todo gracias a su “hermano” y a que ya no quería seguir siendo el chico nerd del que todo el mundo podía aprovecharse, quería cambiar.
Y, exactamente se le estaba acercando la principal razón de su cambio.
—Hola, supongo que eres nuevo y yo con todo gusto te mostraré la escuela, mi nombre es Mackenzie y ¿el tuyo es…?
A Austin le dio asco saber que aun no ha cambiado, sigue igual de perra y lanzada.
—Austin, y no necesito que me muestres la escuela, Brooks. —Dijo Austin sonriendo sínicamente.
