Capítulo 12

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Desvié la mirada a donde estaba Octavia

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Desvié la mirada a donde estaba Octavia. Estoy segura de que ya notó que no solo estaba inconsciente. Esta mecía fuertemente el inmóvil cuerpo de Victoria. Tenía lágrimas de frustración deslizándose por sus rojas mejillas y no dejaba de gritarle que despertara.

Sentía mi corazón latir a su máxima velocidad, acelerándose por cada segundo que pasaba, gritándose a si mismo que Victoria estaba muerta y que lo más que podía hacer era consolar a Octavia... porque su hermana había muerto.

—Bella —Zákiel me llamó—. Ha recibido un exceso de energía vital, de la energía que le proporciona la Power Machine para poder usar sus poderes.

—Por...por eso tiene... energía del sol —¿Por qué me sigues hablando?, Victoria... ¡está muerta!.

—Ahora no tiene energía vital, pero si creas energía vital podrás suministrarle un poco a su corazón y extraerle la energía del sol.

—Energía del sol... —no puedo oir lo que dice. Mi mente no puede imaginar una vida sin Victoria, sin su compañía, sin sus chistes malos, una vida sin mi cómplice. Solo estoy repitiendo las frases a las que le pone más énfasis, pero ahora mismo, solo quiero llorar.

—¡Bella!, ¿me estás escuchando?

—No... —dije con apenas un hilo de voz.

—¡Bella! —Zákiel me hizo mirarlo a los ojos para que lo escuchara— Puedes devolverle la vida a Victoria.

—¿En serio? —pregunté casi sin esperanza.

—Crea Energía Vital y suministrale un poco a su corazón, luego extrae la energía del Sol de su sangre.

—¿Crear energía Vital? —dije— ¿Cómo voy a hacerlo?, no sé... no sé cómo...

Un grito de frustración llamó mi atención.

Octavia abrazó al cuerpo de Victoria y en seguida rompió en llanto. Solo lloraba porque no podía hacer nada más, no podía salvarla, pero yo que puedo no lo hago solo porque no sé hacerlo, ¿sólo porque no sé hacerlo?... ¿¡¿SÓLO PORQUE NO SÉ HACERLO?!?

Me abracé a mi misma sin saber qué hacer y sin darme cuenta mis uñas se clavaron en mi piel. En seguida, una onda de energía se desprendió desde mis entrañas y luego regresó de vuelta e impactó contra mi ser. El impacto fue como una inmensa carga eléctrica que amenazaba con destruir y quemar todo lo que tocara. Se sentía muy poderosa, incluso más potente que la misma energía del sol.

De pronto volví a aparecer flotando en el mundo oscuro, en lo que parecía ser la nada. A lo lejos se veía el cristal, también flotando entre la oscuridad, emitiendo un brillo segador. No entendí por qué aparecía aquí, por qué ahora, pero tenía la inmensa necesidad de nadar hacia él.

Victoria está muerta.

Pensamientos comenzaban a invadir mi mente mientras avanzaba hacia el cristal.

Victoria... está muerta.

Victora... está muerta.

Vitora... está ¿muerta?

¿Está muerta?. Vitora... ¿quién es Vitora?. Alguien quiere que la salve, ¿por qué salvaré a alguien que no conozco?

¿Uitora?, ¿Itora?, ¿Alguien me dice quien es?. La salvaré, ¿la salvaré?.

No puedo recordar su nombre, ni siquiera las primeras letras, ¿acaso era "Ro"? ¿o tal vez "Me"?, ya ni siquiera recuerdo.

¿Es el cristal?, ¿quien no me deja recordar?. Tal vez recuerde si voy a donde está él.

Es poca la distancia que me falta recorer para poder alcanzarlo, pero ya no entiendo por qué voy hacia donde él, solo nado sin un propósito.

Nadé y nadé hasta que finalmente lo alcancé. Toqué el cristal con mi dedo índice esperando instrucciones de qué debo hacer.

El brillo del cristal se intensificó, pero luego se apagó por completo y dejó de brillar. Ahora todo era oscuridad, era incapaz de ver mis propias manos.

—¿Por qué te apagas, cristal? —le pregunté—. Está muy oscuro.

Un temor incomprensible me invadió. Era como si tuviese miedo de que el cristal jamás volviese a brillar.

Es el cristal... a quien debo salvar.

—Vuelve a brillar cristal.

Adherí mis manos al cristal, pensando en su brillo, anhelando su esplendor acompañada de una inmensa calidez. Cerré mis ojos entre la oscuridad, esperé recibir las instrucciones, pero mi poder se adelantó.

Separé mis manos y el oscuro lugar se iluminó con mágicos hilos de luz flotando a mi alrededor. Tomé un hilo de luz, era brillante, de una matiz anaranjada, irradiaba alegría, felicidad. Cerré los ojos nuevamente e incrusté el hilo de luz en el corazón del cristal.

El cristal volvió a brillar segadoramente. Los hilos de luz desaparecieron y el lugar volvió a estar en completa oscuridad, como lo estuvo una vez.

—Hay alguien más a quien debo salvar, cristal.

Miré el brillo del cristal. De pronto su brillo se volvió a intensificar, pero esta vez no se apagó.

Volví a aparecer en mi lugar, observando a Octavia llorar. Hilos de luz flotaban alrededor de mí formando un aro que parecía preservar la vida. Tomé uno de los hilos, anaranjado igual que el que tomé para el cristal, y lo incrusté en el corazón de Victoria.

El hilo de luz ya no quería preservar la vida, algo se lo estaba impidiendo. De pronto, mis ojos veían cosas diferentes, ya no veían los cuerpos de mis amigos, solo veían sus almas.

Sus almas eran diferentes. Octavia tenía un alma controladora y fuerte que ahora estaba desolada y triste. Zákiel poseía un alma sanadora y protectora que ahora estaba preocupada. Por último, Victoria. Su alma estaba bloqueada por una energía demasiado poderosa para su cuerpo. El alma de Victoria quería huir lejos pero el hilo de luz no se lo permitía. El hilo de luz quería que el alma volviera a encargarse del cuerpo de Victoria, pero esa energía potente y letal no la dejaba volver.

Mis manos se movieron involuntariamente y absorbieron esa energía potente. La energía del Sol, esa es la energía que estoy absorbiendo.

En unos segundos, ya no quedaba nada. La energía había sido absorbida por completo. El hilo de luz se unió al alma de Victoria y ambos regresaron a su cuerpo.

Mis ojos volvieron a observar todo con normalidad, sin ninguna anomalía.

—¡¡¡Victoria!! —gritó Octavia abranzando a Victoria con una gran fuerza—. ¡Estás viva!

¿Victoria está viva?, ¿está viva?... ¡¡¡Está Viva!!!

Sin pensarlo me avalancé sobre Victoria junto con su hermana.

—Increíble —dijo Zákiel con asombro.

—¿Por qué me abrazan?, ¿qué sucede? —preguntó Victoria confundida mientras nos separaba a Octavia y a mí.

—Descuida solo te desmayaste, ¡pero ya estás bien! —dijo Octavia volviendo a abrazarla.

—Ah... —respondió Victoria correspondiendo el abrazo a Octavia.

—Bella, creaste energía vital —me dijo Zákiel.

—¿Creé energía vital?¿cuándo? —pregunté confundida.

—Ahora... ¿no... no lo recuerdas?

Traté de recordar, pero en mi memoria solo divisaba un enorme vacío que también comenzaba a olvidar.

—No recuerdo... lo que pasó —respondí perdida.

Bella. La Power MachineDonde viven las historias. Descúbrelo ahora