"Z"entimientos~'Zayn&&tu'~

~Capítulo 3.

-¡Despierta! -espeta una voz, fuertemente.

Yo me despierto de golpe e intento sentarme, pero es imposible. Todos mis músculos gritan por haber estado en la misma postura durante horas. Gimo de dolor, mientras una risa ronca me hace querer golpear algo.

-Come -suelta la voz y me lanzan algo a la cara. Chillo de frustración, pero Cox parece divertido.

-Maldito idiota -mascullo en voz baja.

-¡¿Qué has dicho!? -espeta. De pronto, una mano grande se aferra a mi garganta, impidiéndome respirar.

Chillo de dolor e impotencia mientras Cox aprieta su mano alrededor de mi cuello.

-¡Quítale tus putas manos de encima, Cox! -brama una voz, y sé de quién se trata.

La presión en mi cuello cede y jadeo, en busca de aire.

-¡Maldita sea, Cox!, ¿Acaso estás demente?, ¡No es necesario que intentes asesinarla!, te recuerdo que si quieres conseguir tu jodido dinero, debes mantenerla viva. -espeta la voz de Z.

Yo no puedo dejar de agradecer mentalmente a Z y me hago un ovillo, intentando no llorar.

-¡La perra me ha llamado idiota! -espeta Cox.

-¿Y?, Sabes que eres un jodido idiota, no sé qué te sorprende. -la indiferencia en la voz de Z, casi me hace querer reír.

-¡Encárgate de ella, si tanto te molesta como la trato! -suelta Cox y de pronto, escucho el azote de la puerta.

Algo cálido me roza el rostro y yo pego un brinco hacia atrás. -Lo siento. ¿Estás bien? -la voz de Z se escucha ronca y bastante cerca.

-S-Si -tartamudeo.

De pronto, siento como Z trabaja en mis ataduras. -Vamos a dejar que estires un poco los músculos. No intentes nada estúpido. Tengo un arma y detestaría tener que usarla contigo. -dice.

Cuando mis muñecas se liberan, gimo de puro placer. Z trabaja en las ataduras de mis tobillos y, cuando estoy libre, intento deshacerme de la cinta que cubre mis ojos.

-¡No! -Espeta. -, la de los ojos se queda dónde está. Ni se te ocurra quitártela o no volveré a desatarte más.

Yo trago el nudo que se forma en mi garganta y me recuerdo a mí misma que Z no es mi aliado, es uno de ellos. Uno de los que va a recibir una cantidad asquerosa de dinero por dejarme libre. Entonces, siento el coraje y el odio crepitar dentro de mi pecho. Él es uno de ellos. Él me tiene encerrada. Él me tiene secuestrada.

Sin decir una palabra más, me limito a ponerme de pie. Mis piernas se sienten temblorosas, pero comienzo a estirar mis músculos. Giro la cabeza en círculos, después los hombros y los brazos, estiro las piernas, justo como cuando estiro para el ballet y giro mis tobillos antes de tirarme al suelo y doblar las puntas de mis pies, como cuando me preparo para ponerme mis zapatillas de ballet.

-Dios mío, eres un jodido chicle. -dice Z.

No puedo evitar sonreír suavemente con su expresión y digo en voz baja, mientras me abro en Split. -Soy bailarina de ballet. -digo, intentando estirar mis músculos por completo.

-Eso explica muchas cosas -masculla Z.

Yo frunzo el ceño y digo -¿Qué clase de cosas?

-Eres fuerte. Quiero decir, tu cuerpo, luce fuerte. Piernas fuertes, brazos fuertes, no hay grasa corporal. Eres... atlética. -dice Z.

Es la primera vez que me llaman "atlética", en lugar de "ardiente" y me agrada. Z me hace bastante difícil odiarlo cuando es atento y caballero.

Hago como que su comentario no me ha afectado y giro mis muñecas varias veces antes de ponerme de pie y caminar por la habitación. Siento como me hormiguea el cuerpo con la circulación de mi sangre. Tropiezo un par de veces con lo que quiero pensar que son muebles.

-¿Cuál es tu nombre, Z? -pregunto. Estoy segura que "Z" no es un nombre, es un seudónimo, y la curiosidad me está matando.

Él se queda callado unos minutos y luego dice -No puedo decírtelo y lo sabes.

Yo asiento suavemente antes de suspirar pesadamente. -Es Zack, ¿Cierto?, te llamas Zack. -adivino.

-No. No me llamo Zack. -dice él. Noto la diversión en el tono de su voz.

-¿No?, ¡Claro que te llamas Zack!, sólo no quieres decírmelo. -digo, irritada.

-No. No me llamo Zack. Sin embargo, sip. Mi nombre inicia con Z -dice.

-¿Zouis? -invento. -, ¿Zarry?, ¿Ziam?, ¿Ziall?

Una carcajada limpia brota de su garganta y yo frunzo el ceño. -¿Esos nombres realmente existen? -dice, riendo.

-No lo sé -admito. -. Pero tenía que intentarlo.

Z deja de reír y dice-: Iré a hacerte algo de almorzar. Ven aquí para poder atarte.

Yo hago una mueca. Z me guía por la habitación y me sienta sobre el blando colchón improvisado antes de comenzar a atarme las manos fuertemente. Cuanto termina, comienza a atarme los tobillos. -Prometo dejarte estirar un rato, por la noche, ¿de acuerdo?

Yo asiento, débilmente. Él me tiene encerrada. No debo olvidarlo. A pesar de todo, él me tiene encerrada. No debo sentirme tan confiada a su alrededor. Z termina de atarme y escucho sus pasos antes de que la puerta se cierre tras él.