~Capítulo 8
No puedo dormir. No puedo dejar de llorar.No puedo dejar de sentir a Cox dentro de mí. No puedo dejar de atormentarme con los recuerdos.
No puedo cerrar los ojos sin imaginarme a un asqueroso hombre sobre mí. Violándome.
Las lágrimas no han cesado y me siento tan miserable que ya ni siquiera quiero que me dejen ir.
Quiero morir lo más pronto posible. Quiero acabar con todo esto de una buena vez.
Zayn no me ha atado, pero estoy bastante segura de que me ha encerrado con llave antes de
desaparecer por la puerta. Me ha traído ropa nueva
una vez más y ha dicho que volverá pronto, pero
francamente no me importa.
Escucho la puerta abrirse y abro los ojos como
platos cuando me doy cuenta de que es Zayn y de
que no viene solo. Un enorme pastor alemán de
aspecto imponente entra a la habitación
husmeando y olisqueando todo en la habitación.
-Quieto. -dice Zayn y el perro se detiene
inmediatamente, luego avanza hacia él meneando
la cola.
Zayn acaricia su cabeza con una media sonrisa
dibujada en el rostro y yo estoy aterrada. Ese perro
podría arrancarme una mano de un mordisco si lo
quisiera. La mirada de Zayn se dirige hacia mí y
luego dice-: Éste es Diablo. Mi perro.
Yo trago saliva duramente. Es un perro bastante
grande. -Odia a Cox. Lo ha mordido en tres
ocasiones. En una de ellas, casi le arranca una
oreja; tuvieron que unírsela con puntos. No puedo
estar por aquí todo el tiempo porque tengo otros
asuntos que atender, pero Diablo cuidará de ti
mientras yo no esté. -dice Zayn, jugueteando con
el enorme animal.
-¿Y qué te hace pensar que no va a comerme a mí
antes de que Cox se me acerque? -digo, con
nerviosismo.
Zayn alza la vista y me observa. -Le he llevado la
blusa que traías el primer día, ha dormido con ella
y no ha permitido que nadie se la quite. Creo que
cuidará bien de ti. -dice.
El perro se acerca a mí, jugueteando y yo me hago
un ovillo, temerosa del monstruo aquel. De pronto,
el perro comienza a olerme y yo me quedo quieta.
Entonces, un lengüetazo en mi mano me hace alzar
la vista para encarar al perro. Él me mira jadeando
y jugueteando, buscando cariño...
Acaricio la cabeza del perro y él comienza a
lamerme el rostro, las manos y los antebrazos.
-¿Lo ves?, ¡Ya le gustas! -dice Zayn, guiñándome
un ojo.
Rasco detrás de las orejas al enorme animal y él
se echa a mi lado, ladeando la cabeza para
dejarme acariciarlo con más profundidad.
-¿Te gusta a ti? -inquiere él, mirándome con
ansiedad.
Yo le sonrío al perro y luego miro a Zayn.
-Es agradable. -digo finalmente.
-Serán amigos, yo lo sé. -sonríe él,
Mi corazón da un vuelco dentro de mi pecho, sólo
porque es insoportablemente atractivo y es
insoportablemente caballeroso y dulce.
-¿Has comido algo? -inquiere Zayn, mirándome
con amabilidad.
-No tengo hambre -digo, y hago una mueca de
disculpa.
-Debes comer. ¿Quieres sopa?, ¿Pizza?,
¿Tacos?... -sugiere.
-No tengo hambre, Zayn -digo, y sigo acariciando
la cabeza de Diablo.
-No te estoy preguntando si tienes hambre, estoy
diciéndote que voy a traerte de comer, así que más
vale que elijas algo. -espeta duramente y yo cierro
mis ojos con fuerza.
-No tienes por qué hacer esto. -murmuro.
-¿Hacer qué? -inquiere.
-Ser amable conmigo -mascullo, sintiendo un
nudo instalándose en mi garganta.
-Quiero ser amable contigo, _____. -dice Zayn,
dulcemente y me desarma por completo.
Alzo mis ojos hacia él y trago saliva, sintiendo las
lágrimas agolpándose en mis ojos. -¿Cenas
conmigo? -pregunto, con la voz entrecortada.
Una sonrisa se filtra por sus labios gruesos y dice
-Sólo si comemos alitas adobadas.
Yo le devuelvo la sonrisa y asiento.
-Vengo en veinte minutos, entonces. Diablo
cuidará de ti, ¿de acuerdo? -dice, y abre la puerta
de la habitación.
Una sonrisa se filtra por mis labios y asiento
rápidamente.
-No tardaré mucho. Lo prometo. -dice y sale de
la habitación, dejándome una sensación de vértigo
en el estómago y un corazón latiendo desbocado.
ESTÁS LEYENDO
"Z"entimientos~'Zayn&&tu'~
Storie d'amore_____ Smith era hija del dueño de uno de los más grandes emporios de Inglaterra. Destinada a vivir en los lujos excesivos el resto de su vida, destinada a la grandeza. Destinada a la riqueza y la comodidad y con un futuro prometedor en el ballet clá...