Querido papá:
Dejar Canadá fue un verdadero desafío, pues después de encontrar a Ethan, todos mis pensamientos cambiaron. Ethan fue quien me impulsó a seguir con mi propósito, a no darme por vencida, pues él estaba dispuesto a esperarme todo el tiempo que fuera necesario.
Así que no lo pensé demasiado, tomé mi maleta, conduje hasta el aeropuerto y partí hasta Cuba, donde me quedé dos semanas. Playas paraíso me recibió con una hermosa vista, la cual disfrute durante catorce días.
No diré que me la pase haciendo amigos, como lo hice en Hawai, sino todo lo contrario, me quede dentro de mi habitación con un viejo álbum de fotografías familiares —el cual robe del cajón de recuerdos de mamá —mi computadora y la maravillosa vista de la playa.
Todos aquellos días fueron como rehabilitación para mí, pues ahí justo en ese cuarto con todos aquellos viejos recuerdos, pude darme cuenta de cuánto te odiaba en realidad, pude darme cuenta de todo lo malo que me habías hecho durante el transcurso de mi vida, pero me di cuenta de algo más, de algo mucho mejor y que cambió mi vida por completo; me di cuenta cuanto te amaba, me di cuenta cuanto te respetaba y te admiraba.
Puedo recordar cuanto miedo le tenía mamá a la soledad, podría apostar que era uno de sus peores miedos, ahora puedo comprenderla un poco, puedo tener los mismos miedos y preocupaciones que ella tenía.
¿Soy yo la del problema? ¿Fue mi culpa?
Esas eran algunas preguntas que me atormentaban y que aún lo sigue haciendo, incluso cuando estoy felizmente casada, son cosas que siguen atormentándome día tras día. No sé cuándo desaparecerán por completo, pero algo que estoy segura que desaparece con el tiempo es el odio y la culpabilidad, pues pude darme cuenta que somos humanos y que no somos perfectos, que solemos cometer error tras error, pero que aprendemos de cada uno de ellos.
Las risas, los errores, las ofensas y todo lo demás ya están hechos, lo único que podemos hacer es pegar cada una de esas piezas hasta que quede igual o mejor que antes, todos merecemos segundas y hasta terceras oportunidades si en verdad lo deseamos.
Lo último que me queda hacer es seguir escribiendo estas pequeñas cartas para ti, tal vez ahora no lo entiendas, pero pronto podrás comprenderlo todo. Lo prometo.
Con amor: Mia.
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Cartas a Papá
Short Story"Pedir perdón no siempre significa que estamos equivocados y el otro esta en lo cierto. Simplemente valoramos más a esa persona que a nuestro propio ego." Obra escrita por mi, queda prohibido su copia o adaptación sin mi permiso.