El verdadero significado de vivir

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Querido Papá:

Praia do Rose, Brasil fue la cuarta playa que visite. Fue hermoso poder visitar aquella playa tan perfecta.

Fue aún más hermoso poder ver todos los atardeceres durante cinco días. Aquella playa me hizo abrir los ojos, darme cuenta de todo lo hermoso que me regala la vida.

Me enseñó a valorar y admirar lo hermoso que era la playa, los atardeceres, las personas, me hizo ver todo lo hermoso que me rodea. Creo que es lo que normalmente hacemos día con día, viviendo sin darnos cuenta de todas las hermosas cosas que tenemos a nuestro alrededor.

Justo en esa pequeña playa, llena de personas alegres y divertidas, me di cuenta de que nunca había visto lo bueno que tú tenías. Al principio no encontré ninguna, después de pensar varias veces encontré millones de razones por las cuales eres una increíble y hermosa persona.

Ahora sé con exactitud que la vida es un paraíso sin fin del cual ignoramos todo lo que en realidad vale la pena. No nos damos cuenta del amor que necesitamos hasta que alguien llega frente a nosotros, no nos damos cuenta de nuestros errores hasta no dejar atrás nuestro propio egoísmo, no nos damos cuenta de la mierda de vida que llevamos hasta que alguien o algo nos hace abrir los ojos de una vez para poder ver todo lo que puedes perderte por nuestro simple egoísmo.

No te diré que he dejado de ser egoísta y que me he convertido en una santa, porque no es así, pero lo que sí puedo decir es que cada día al levantarme recuerdo lo valiente que eres, lo amorosa que era mamá y lo amable que es mi hermano, lo cual me ayuda a esforzarme día tras día para ser una mejor persona, día con día recuerdo los mejores momentos que pase junto a ustedes y la esperanza llenan por completo mi corazón.

Me di cuenta que con cada playa diferente que visitaba, más conocimiento adquiría. Tal vez era el mar, la arena, la gente o incluso el cielo el que se encargaba de darme cada lección de vida que ahora llevo grabada sobre mi piel.

Cada viaje, cada país que pise fue cambiándome, para mal no, sino para bien. Me enseñaron el verdadero propósito de la familia, del amor, de las amistades y de todo lo que me rodea.

Me enseñaron el verdadero significado de vivir. Pues hemos venido a esta tierra con un simple propósito, amar, ser amados, querer a todos aquellos que nos rodean y ayudar a todo aquel que lo necesita para así encontrar la verdadera felicidad, esa misma que me acompaña día tras día.

Ahora sé cuánto te quise, quiero y te querré siempre. Pues bien dicen que no te das cuenta de lo que tienes hasta que lo pierdes y ahora lo sé más que nadie.

Con amor: Mia. 

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