"EL COLEGIO, NOSTALGIA A FLOR DE PIEL"

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En la escuela fui un chico muy tímido; de echo, siempre lo he sido. Era un niño aplicado por naturaleza, digo que es así porque nunca tuve que esforzarme gran cosa para sacar buenas calificaciones, ¡y jamás fui matado! Para mí era sencillo concentrarme en las clases, ¡hasta me gustaba ir a la escuela y aprender!, era parte de la responsabilidad de ser un buen hijo. Incluso me ponía nervioso bajar mis calificaciones, pero no porque mis papás me regalaran o algo por el estilo, sino porque me sentía responsable u no quería fallarles de ninguna manera, no quería darles problemas; pero cuando sucedía no me castigaban, sino que mi mamá se quedaba muy pendiente de mi desempeño y me decía: "¿Cómo te fue en la escuela?, tráeme tu libro porque vamos a estudiar", y me la pasaba toda la tarde con ella, se aseguraba de que hubiera entendido la clase y de que subiera esa calificación. ¿Cómo no iba a echarle ganas si se estaba preocupando por mí? Mis materias favoritas eran Ciencias Naturales y Biología, pero para Mate estaba negado, fue mi coco en la primaria y en la prepa... bueno, a decir verdad, no se me dio nunca.

Me cambié de escuela tantas veces que casi siempre tenía que volver a empezar con eso de "Hola, me llamo Alonso y tú?, así que hacer amigos no fue algo por lo que tuviera que preocuparme

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Me cambié de escuela tantas veces que casi siempre tenía que volver a empezar con eso de "Hola, me llamo Alonso y tú?, así que hacer amigos no fue algo por lo que tuviera que preocuparme. Llegaba al nuevo colegio y las cosas se iban dando solas, aunque tengo un mejor amigo y vale la pena recordar cómo nos conocimos.

Íbamos en cuarto de primaria, estábamos haciendo un trabajo de Geografía en el salón y pintábamos un globo terráqueo en unas bolas de unicel cuando... ¡se me cayó el bote de pintura en su chamarra! Pensé: "¡Changos!, ya la regué", supuse que me iba a reclamar o algo peor, porque tenía cara de rebeldito, así que le ofrecí una disculpas y afortunadamente él reaccionó bien, sólo me dijo: "No te preocupes". Le llevé la chamarra a mi mamá para que la lavara y cuando se la regresé ¡me invitó a su casa! Desde entonces empezamos a ser los mejores amigos.
Lo mejor es que el destino me uniría a cuatro grandes personas, a cuatro hermanos sin los cuales hoy no concebiría mi vida, ¿Te imaginas quiénes son?

CD9 "Nuestra Historia"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora