Kihyun estaba atentamente leyendo un libro que prácticamente estaba a segundos de deshacerse en sus manos de tan viejo que era. Con una mano estirada y los dedos arqueados balbuceaba palabras que no terminaba de comprender. Minutos mas tardes algo estalló en sus manos gritó y se alzó, el dolor calándole las entrañas. Corrió rápido a meter la mano en un cuenco de agua azul que había a un lado. Especialmente puesto para sus eternas magulladuras.
— Kihyun. Si no te haces a con el idioma terminarás haciendo explotar algo aparte de tu mano. — la voz del moreno era estremecedora. Hyunwoo era un hechicero, el mejor de todos luego del líder del clan -aunque él aseguraba ser mejor- pero efectivamente no sabía enseñar. El peli rosa estaba devastado con la enseñanza a golpes que le daba. Los músculos le dolían porque a pesar de todo seguía teniendo la humanidad arraigada en su cuerpo.
— ¡Me dices que lo aprenderé a leer cuando despierte mis poderes! Pero las cosas salen. ¡Lo que sigo sin entender es estas cosas! Y no haces mucho por ayudar. ¿Sabes? — el peli rosa había aprendido a llevarse, su verdadera personalidad salía poco a poco y aunque a Hyunwoo no le gustaba del todo, Hoseok estaba encantado.
Justo en ese momento se escuchó su radiante risa. Como un remolino llegó para mover todo y abrazar al menor por la espalda. El libro cayéndose al suelo y el aprendiz de hechicero volando por los aires como si fuese una pluma al viento. Dejó salir un grito agudo y temeroso, nunca se iba a acostumbrar a su brutalidad.
— ¡Kikito! ¿Ya aprendiste a hacer chispitas? Cuando Hyunwoo era menos maligno hacía chispitas para todo el clan en la noche de las tres lunas. Se veían preciosas en nuestro cielo. Como los fuegos artificiales que tienen ustedes. Pero esos contaminan a la pobre tierra. Aprende a hacer eso. ¡Por mí! — jugaba, besando y mordiendo las mejillas ajenas. Kihyun siempre terminaba riéndose por las ocurrencias y el pegote que el chico emanaba. Se le removió con una sonrisa escondida, la mirada del moreno sobre ambos le inhibía, siempre los veía acusadoramente.
— Hoseok. Estamos en clases, ve a hacer otra cosa. — el susodicho le miró bufando, soltando al más joven luego de acariciarle varias veces los cabellos. Luego, con movimientos de cadera como un gato, se deslizó hasta sentarse sobre el moreno, su sonrisa de oreja a oreja mientras le apoyaba un dedo sobre un inexistente hoyuelo que Hoseok sabía bien que aparecía cuando el mayor se reía.
— No seas histérico, hechicero. Kikito no está aprendiendo nada contigo. Deja que rayitas le enseñe. No eres bueno en eso, solo sabes hacer cosas a los golpes. — Hyunwoo le miraba molesto, suspirando por el peso en sus piernas. Aunque estaba algo preocupado porque su protector estaba más delgado, le pesaba mucho menos que antes, tanto que cuidadosamente le rodeó la cintura con una mano, corroborando que parte de sus costillas se podían notar. Lentamente alzó la mirada, Hoseok seguía sonriéndole, pero era obvio que no tenia el mismo brillo. Aún tratando de ocultarlo, el moreno hacía semanas venía sintiendo sus cambios.
— Kihyun, dile a Changkyun que te venga a buscar. Tomarás una lección de lenguas con Jooheon. — el pelirosa quería quejarse, su boca abriéndose enseguida. No quería. Odiaba a esa persona. La odiaba más que a cualquiera en ese y todos los mundos. Se mordió los labios con frustración. Hyunwoo le miraba con el ceño tan fruncido que le hacía asustar. No quería que volviera a agarrarlo del cuello o de alguna otra parte, era demasiado doloroso en varios sentidos. Al final agachó la cabeza, mirando a Hoseok de reojo, aunque él lo había sugerido siempre buscaba el socorro.
— Que lindo eres. No te preocupes, rayitas tiene más amor por Changkyun que odio por ti. Aparte estarás con Kyunnie. Vamos a tomar la merienda mientras lo esperamos. — Hoseok se estaba levantando, pero los brazos morenos le retuvieron. El albino pocas cosas podía hacer contra su hechicero, le miró de reojo, sus mejillas inflándose y dejando salir una risa suave al mismo tiempo.
— ¿Qué tienes? ¿Me cargas a la cocina? ¡Genial! — el rubio reía, abrazándole entonces por el cuello, sabía que Hyunwoo odiaba eso y sus pesos desde siempre se equiparaban. Para su sorpresa el moreno suspiró y no se movió.
—Ve a la cocina. — los ojos clavados en el pelirosa, Kihyun por su lado les miraba algo embobado. Por alguna razón puramente fetichista ver a ambos chicos pegados le resultaba encantador, sus mejillas enrojecían de solo verlos. No se quería ir en absoluto, pero la energía que emanaban le asustó, tragando saliva algo abrumado. Al final salió disparando dentro de la casa. Aún seguía temiendo que le fuesen a robar cuando estaba solo pero había aprendido un hechizo que según el mismo Hyunwoo, le salía a la perfección. Prácticamente no había tenido que practicarlo nunca: la barrera. Una capa energética que lo mantenía protectoramente en una esfera. Con lo cual, se sentía medianamente a salvo al menos mientras estuviese consciente.
🐻🐰
Cuando Hyunwoo terminó de ver al peli rosa irse se levantó con Hoseok en sus brazos. Le sostenía desde las corvas de las piernas y la espalda. Efectivamente tenía que seguir haciendo fuerza, pero podía cargarlo sin problema. Él rubio abrió los ojos al instante, envolviendo los brazos alrededor del cuello ajeno. Le miró con susto y se removió antes de siquiera poder hablar. Totalmente eufórico por seguir ahí arriba. Hyunwoo apretó el agarro y su mirada le obligó a quedarse quieto.
— Estas perdiendo energía. ¿Por qué? — Hoseok vio por dentro como su montaña de problemas le caía arriba, sus ojos se sentían húmedos y lentamente se abrazó, escondiendo la cabeza en el cuello ajeno.
— No puedo hacerlo. De verdad no sé como arreglarlo. No hay forma. No me dejes a mi suerte, por favor. — su murmullo era acallado, muy lastimero, se acurrucaba cada vez más, obligando al moreno a juntar las manos para que no se le cayera de arriba. Al final dejó salir el aire contenido. Sin apuro se dispuso a caminar al tiempo que susurraba palabras en la oreja del rubio, para cuando había cruzado la puerta que dividía el patio de la casa su protector estaba dormido entre sus brazos, dejando caer todo su peso por completo. Kihyun los observó desde la mesa, Changkyun había llegado prácticamente recién y observó la escena algo sorprendido. A pesar que sabía perfectamente cómo era la relación de ellos, seguía sorprendiéndose cuando encontraba contacto más allá de mordidas entre ambos.
— Changkyun, te lo encargo, tráelo en dos horas. No más. Dile a tu amo que... ya lo sabe. — con esas palabras, Hyunwoo comenzó a subir la escaleras, miraba a su protector de a ratos. Ahora que le había obligado a dormir y apagar su brillo, sus ojeras estaban marcadas y aunque bebía de Kihyun como lo habitual sabía que no le era suficiente. Hasta sus labios estaban resecos. Estaba al tanto que Hoseok podía esconder las expresiones físicas de cansancio, al ser un protector nunca dejaba ver sus debilidades, pero Hyunwoo no era idiota. Después de todo, el albino le pertenecía, era parte de él.
— ¿Qué le hiciste a Hoseok? ¿Tiene algo? — los ojos del peli rosa estaban asustados y aunque Hyunwoo hubiese deseado contarle todo, no era algo que le incumbiera, nunca se había metido en cosas ajenas hasta que Hoseok llego a desarmarle la existencia.
— Cuando vuelvas te preguntaré qué aprendiste. Así que ve de una vez. Hoseok solo tiene sueño. — desapareció de esa manera, con el rubio entre sus brazos mientras los otros dos se iban hacia la casa.
Cuando entró en la habitación del rubio miró alrededor. Estaba más desacomodada que de costumbre, la cama parecía hasta sucia. Se quejó entre dientes, girándose y dirigiéndose a su propia recámara. Lentamente envolvía al rubio en las sabanas grises. Todavía le seguía sorprendiendo como luego de tanto tiempo seguía protegiéndolo cuando debería ser al revés.
Segundo capítulo nuevo. 🤧🤧
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Fuera de Foco [Showkiho]
FanfictionLa vida de Kihyun es perfecta, un balance entre diversión y seriedad. Es uno de los mejores fotógrafos de una de las marcas más reconocidas de la industria del entretenimiento. Todo iba bien hasta que tiene la misión de descubrir la vida del actor S...