Know what you did last summer | Aguslina. [GML#2]

0.4

Carolina Kopelioff.

Oh Dios, ayúdame para no quedarme dormida.

La cena elegante de negocios pasaba entre planes de crecimiento para la empresa y varias discusiones, en mi mente no cabía como estas personas no se aburrían de tanto porcentaje y probabilidades.

-Aún no llega el señor Bernasconi. -Comentó un socio, mi corazón latio fuertemente al escuchar su apellido.

¿Era él? No, no podía ser él.

Cada minuto que pasaba era un tortura, mi mano temblaba y sentía una fina capa de sudor en todo mi cuerpo.

¿Cuando dejaras de joderme la vida Bernasconi? ¿Eh?

-Oh, ¡Ahí viene! -Exclamo el señor que al parecer era él mayor entre todos. El señor Maximiliano era él más joven y guapo, creo que estaba más que claro.

Sentí como mi corazón dejaba de hacer su trabajo. Diablos, ponte a funcionar ahora mismo.

Di media vuelta, aún no alcanzaba a ver nada, cuando di la vuelta completa fruncí el ceño. Un señor canoso pero presentable caminaba a nosotros con elegancia.

Es su padre. Maldita sea.

-Buenas noches, siento el retraso mi secretaría aviso a última hora. Acabo de despedirla. -Hablo en tono frío, su mirada penetrante observó a cada hombre y joven, en el caso de Espindola, de la mesa. Hasta que su mirada cayó en mi, almendrada como la de Agustín, sus labios finos y rosados carnosos.

No te estarás enamorando de su padre...

¡Pero era imposible no imaginarme a Agustín! ¡Son dos clones! Disimuladamente bebí de mi copa de vino tinto, la cena paso sin incombenientes y obviamente más que aburrida, cuando concluyó esta nos despedimos todos educadamente, pude apreciar en toda la cena com el padre de Agustín estaba tenso. 

Subí con mis tacones en manos las escaleras ya que el ascensor estaba en mal estado y por lo tanto estaba cerrado, cuando pude terminar de subir mi cuerpo sudaba y mi respiración agitada, saqué las llaves de mi bolso y caminé a mi puerta, fruncí el ceño cuando vi una sombra en la puerta, el pánico se apodero de mi cuando lo vi.

Su frente recargada en las palmas de sus manos, sentado en el piso con su espalda contra mi puerta, la puerta de mi apartamento, dónde dormía Samantha quién no sabía de la existencia de Agustín Bernasconi, ni él de ella.

Diablos, ¿Qué hace aquí?

(...)

¡Hola! Este capítulo va dedicado a una de mis seguidoras que con paciencia sigue la novela y este 5 de enero es su cumpleaños;3 

Se vendra másss

-Voten y Comenten.

-Javi las ama!<3