1. "Smells like going down."

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Miro hacia abajo, coloco mis manos a los costados de mis piernas a la vez que me siento en el borde de la azotea del edificio que se ha convertido en mi segunda casa desde hace más de doce meses. Observo el inmenso vacío que hay hasta llegar abajo, metros y metros de distancia me separan del suelo, los coches pasan por debajo, unos van y otros vienen, viven su vida apresuradamente.

Saco la cajetilla de cigarrillos, me había prometido a mi misma dejarlo pero me quedaba una caja a medias e iba a acabarla, rebusqué entre mis bolsillos el mechero y lo encendía absorbiendo y dejando que el humo fuese directo hacia mis pulmones creando en mí esa sensación de falsa tranquilidad.

Al principio había empezado con aquello porque me hacía sentir más cerca de él, sus labios siempre habían sabido a tabaco y aunque era una estupidez a veces me gustaba pensar que le tenía cerca.

¿Cómo se sentirá el caer? Al sentir el vacío a tu alrededor.

Muchas veces me había hecho aquella misma pregunta pero sabía que nunca iba a encontrarle respuesta ya que nunca iba a atreverme a saltar.

Bastantes habían sido las veces en las que me había planteado la opción de morir, pensando que estando muerta todo se iría, desaparecía, pero, ¿Y si no lo hacía? ¿Qué si todo se volvía peor? Nunca iba a poder saber nada de eso con certeza pero por el momento prefería seguir allí, intentando recuperar lo que a veces pensaba había sido mi vida, cosa que tampoco tenía muy clara.

Tomé una honda respiración cerrando los ojos e imaginándome a mi misma en alguno de aquellos lugares que antes tanto me gustaba visitar.

Me gustaba estar sentada allí arriba, al menos podía sentir algo de libertad con el viento haciendo mi pelo bailar, sentir el peligro, el riesgo, la adrenalina, aunque ciertamente fuese una tontería, aquello me hacía sentirme algo más viva.

Había perdido demasiado.

Después de lo ocurrido nadie me creyó, ninguno de los que yo creía mis amigos confió en mi palabra, todos pensaron que mentía, él lo negaba, ellos pensaban que yo sólo estaba inventándomelo todo, quizá estuviese resentida por algo y sólo dijese eso para desquitarme, eso decían. Luego pretendían que todo siguiese como si nada, ellas trataban de hablar conmigo poniendo sus mejores sonrisas, como si de verdad pensasen que todo estaba bien, al principio aquello dolía, dolía mucho ver con lo construido se iba derrumbando, como si todos los ladrillos cayesen poco a poco y no pudiese pararlo hasta que al final solo quedaban las marcas de que algo había habido ahí, todo quedaba como un misero recuerdo.

El único que creyó mi palabra fue Liam, gracias a eso se alejó de ellos aunque yo hubiese tratado de hacerle entender que no podía dejar que le pasase como a mí y que su mundo se resquebrajase, tantas y muchas más conversaciones tuve con él hasta que conseguí que no rompiese todo vínculo con ellos pero no pude evitar que pasase más tiempo conmigo que ellos, la realidad era que necesitaba a alguien, un amigo con el que hablar y así evitar comerme la cabeza hasta morir.

Ya había pasado año y medio de aquello, incluso había acabado el instituto, hacía dos semanas de eso, la graduación fue como nunca había podido imaginar que sería. Fue sin mí ya que no fui. Quería irme a pasar el verano fuera antes de empezar la universidad pero todo era demasiado caro y no había manera, si quería ir primero tenía que encontrar un trabajo y conseguir dinero para ahorrarlo para el verano siguiente.

Conclusión, si no encontraba un trabajo o algo que hacer iba a tener que pasar el verano en casa, cruzándome con ellos todos los días cada vez que saliese a la calle, y eso, no podía pasar.

Me levanto torpemente, las piernas me tiemblan, tengo miedo a las alturas, cualquiera podría pensar que estar allí subida es la cosa más estúpida que puedo hacer, y en realidad quizá sea así pero a veces el miedo es lo único que te mantiene vivo.

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