Tras mirarme fija y fríamente a los ojos durante unos segundos, se levantó y salió de la habitación, dejándome con la inmensa sensación de que había algo que quería decirme, pero como siempre, no lo había hecho.
Escogí algo de ropa y acercándome al armario donde sabía que guardaba las toallas, lo abrí sacando una que siempre me había gustado mucho usar. Entré en el baño cerrando la puerta a mis espaldas, observando como todo seguía en su sitio, como si en aquél pequeño cuarto no hubiese pasado el tiempo.
Tardé más de lo normal, aunque traté de no demorarme demasiado pero finalmente me fue imposible, poder darme una ducha con su gel y salir de allí oliendo a él era algo que hacía mucho no podía hacer.
Al terminar y salir del baño vi que había dejado una pequeña mochila en el suelo al lado de la puerta, mochila que yo solía usar cuando me quedaba en su casa. Guardé toda la sopa sucia, metí mi bolso dentro, quedándome sólo con el móvil en un bolsillo y bajé hacia la cocina de nuevo, encontrándomelos a los dos sacando una fuente del horno.
“¡Ya has vuelto!” Lili corrió hacia mí para abrazarme.
Le devolví el abrazo riendo “¿Ponemos la mesa?” le pregunté a la niña, siempre que se quedaba en mi casa nos gustaba poner la mesa juntas.
“Sí” respondieron ambos a la vez.
Le miré a él por un momento deseando haberle hecho esa pregunta a él pero la mirada congelada que me dedicó hizo que en ese instante mis ganas de decirle nada desapareciesen.
“La ponemos los tres” contestó Lili rompiendo el silencio “Venga” añadió tirando de mí hacia la mesa donde ya estaban todas las cosas necesarias amontonadas en una esquina, esperando a ser colocadas en sus sitios.
Solté la pequeña mochila sobre la encimera y nos pusimos a ordenar la mesa.
Estábamos acabando de colocar los cubiertos cuando sonó el timbre, los tres nos miramos decidiendo con las miradas quién era el que iba a abrir la puerta, encaminándose Zayn hacia la entrada. Nosotras dos nos quedamos colocando lo que faltaba.
Vi que habían hecho pasta para comer, dos días atrás cuando Lili había estado conmigo habíamos comido pasta también “¿De quién ha sido la idea de comer pasta?” pregunté mirándola con las cejas elevadas de forma incriminatoria.
“De mi hermano” contestó juntando ambas manos tras su espalda, poniendo la mejor cara de niña buena que sabía poner, con el único fallo de que a esas alturas yo ya me conocía todas sus caras.
“¿De verdad?” hablé aparentemente sorprendida “Sí que le han cambiado los gustos entonces porque que yo recuerde, nunca le ha gustado demasiado la pasta” dije finalmente sonriéndole, dejándole ver que acababa de pillarla en su pequeña mentira.
“Vale sí, es cierto, ha sido idea mía, pero es que me gustan mucho” iba a contestarle cuando comenzamos a escuchar como las voces que venían de la entrada empezaban a subir de tono.
Nos miramos extrañadas y ella se acercó a mí en un movimiento rápido, dándome la mano y mirándome empezando a asustarse.
“¿Con quién se está peleando mi hermano?” hizo intento de avanzar hacia la entrada pero sujeté su mano antes de que pudiese escaparse “Tenemos que ir a ver” la miré dudando qué hacer “Por favor” frunció los labios “Tiene ese agujero en la tripa y si pasa algo él sólo no va a poder” añadió terminando de convencerme.
Las voces seguían aumentando su tono y se podía escuchar claramente como la disputa pasaba a mayores.
“Está bien” me agaché para mirarla cara a cara “Sube a tu cuarto y espera que vayamos a buscarte, ¿Vale?” pregunté con algo de prisa, queriendo ir a ver qué estaba pasando.
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FASTER2
FanfictionLa única manera de librarse de la tentación es caer en ella, aunque a veces, se hace más fuerte. Segunda parte de 'FASTER'.