Parte 10

408 14 0
                                    

C: ¿Entonces qué vas a hacer? - Cade hizo la pregunta mientras daban un paseo por los terrenos que rodeaban la casa de Julian en los bosques. Julian sacudió la cabeza con agitación.

J: Logan me dijo que le diera tiempo. Pero ya hace una semana y está matándome. Tengo que ocuparme del trabajo de Williams; iba a pasártelo a ti, pero necesito la distracción. Cuando vuelva voy a tratar de verla. No puedo soportar más esta situación.

C: Puedo entender cómo te sientes - se compadeció Cade.

J: ¿La p*** de hierro?

C: Sí - Terminaron su paseo delante de la casa de Julian y ambos se sentaron en el borde del porche.

J: Nunca me dijiste qué pasó. ¿Asumo que esta mujer era importante para ti?

C: Supongo que podrías decir eso.

J: Bueno, dijiste que la amabas.

C: La amé una vez. Hace mucho tiempo - replicó - Algunas veces las cosas no funcionan de la forma en que esperamos que lo hagan. No tengo ninguna esperanza de que cambie esta situación - Julian suspiró.

J: ¡Maldición! ¿Qué ocurre con las mujeres? Seguro que pueden volver a un hombre al revés - Cade dio un resoplido y rió suavemente.

C: No es más que la verdad.

En ese momento hizo su aparición un coche, siguiendo lentamente el largo y retorcido camino.

Contemplaron silenciosos como se detenía un BMW deportivo negro. La puerta se abrió y salió una mujer. Julian oyó como Cade inspiraba profundamente y sintió como la tensión llenaba a su beta.

La mujer era de altura media, con un cabello oscuro largo y ondulado, que flotaba libremente sobre sus hombros y caía por su espalda. Incluso desde esa distancia Julian podía ver el brillo zafiro en sus ojos. Vestía un conservador traje negro de chaqueta y falda a juego, que acentuaba sus generosas curvas. Caminó hacia ellos sobre unos zapatos negros de tacón.

J: ¿La conoces? - preguntó Julian mientras ella se aproximaba.

C: Sí - respondió Cade con su voz cuidadosa y controlada - Esa es la p*** de hierro.

J: ¡Guau! – comentó - a mí me parece bastante suave - Cade le dirigió una mirada represora y se alzó para saludarla.

C: Delilah Christensen en carne y hueso - dijo arrastrando las palabras - ¿Qué estás haciendo tú en el quinto pinto, querida?

D: Sabes por qué estoy aquí, Cade - replicó ella con una voz suave y cultivada - Eres mi compañero.

C: Vete a casa, Del. No ha cambiado nada. No voy a dejar que tu padre me aplaste bajo su dedo. Rechacé esa... hum... oportunidad hace cuatro años - respondió Cade. Su voz estaba llena de sarcasmo - No voy a cambiar de opinión ahora.

D: Sé que no lo vas a hacer. Pero estás equivocado en que nada ha cambiado. Quiero estar contigo - Hubo un momento de silencio.

C: Demasiado tarde cariño, pero gracias por el ofrecimiento. Por cierto, este es mi alfa, Julian Volkov. Julian, Delilah Christensen - dijo él para presentarles - Julian, las cosas se van a resolver entre Elena y tú. Algunos están destinados a estar juntos - Se volvió hacia Del - Mientras otros no. Hasta luego, Julian.

Sin una mirada hacia atrás, Cade entró en su Corvette y se alejó. Julian y Delilah le vieron irse. Ella empezó a dar golpecitos con el pie y luego musitó:

D: Si piensa que se va a escapar tan fácilmente, ya puede ir cambiando de idea - Se volvió hacia Julian - Encantada de conocerle, Sr. Volkov. Estoy segura de que nos vamos a ver a menudo. He comprado una casa en Whispering Springs. No importa lo que diga Cade, me voy a quedar - Julian sonrió.

Tentar a un loboDonde viven las historias. Descúbrelo ahora