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31 de Diciembre. Huntingdon, Cambridgeshire.

Liam prometió estar acá para el año nuevo... Va a llegar... Yo sé que sí.

Gabriella estaba sentada frente al fuego de la chimenea esperando la llamada que le avisara que Liam había llegado a la base para ir por él, pero nada pasaba.

Quería verlo y la casa se sentía tan sola sin su presencia que quería salir corriendo de allí para recogerlo en la base de Alconbury en Cambridgeshire.

Llevaba un mes desde que él había partido a una misión hacia Omán para llevar provisiones a las zonas más peligrosas en conflicto. Liam era un militar británico pero sus servicios y misiones estaban acordados por la fuerza aérea de Estados Unidos. Piloteaba un C-17 GlobeMaster III y permanecía en campaña a veces por días, otros por semanas y en un par de veces tiempo mayor a un mes, pero era muy raro que sucediera.

Siempre le parecía duro dejarlo marchar. A veces las noticias la angustiaban cuando había ataques cercanos a donde él le indicaba que debía estar. Tenía pesadillas y los mejores momentos eran cuando él volvía a casa a su lado, cansado, necesitado de ella y a salvo.

Sonrió mientras veía la foto que estaba sobre la mesa. Liam se veía guapísimo con su uniforme de gala y la pechera llena de condecoraciones. No esperaba verlo así cuando llegara, sabía que llegaría cansado y con su overol camuflado, muy lejos de verse elegante, pero siempre sexy como el demonio.

El teléfono sonrió y el corazón le martillo en el pecho... Tenía que ser Liam.

No dudo en correr y contestarlo.

- ¿Hola?

-Cariño. -Esa única palabra le mandó llamaradas de calor por todo el cuerpo. Era él.

- ¿Llegaste? ¿Voy ya por ti? -Liam carraspeó.

-Hmmm, cielo, no.

- ¿No? ¿No has llegado? -Preguntó frunciendo el ceño. -Entonces ¿a qué horas?

-No llegaré hoy.

- ¿Cómo que no llegaras hoy? -Liam no dijo nada y Gabriella tuvo que ahogar un sollozo. - ¡Lo prometiste! ¡Dijiste que vendrías a estar en casa conmigo!

-Lo sé, amor, pero me han asignado otra misión y salgo de inmediato para Afganistán.

-Siempre es lo mismo... Promesas, promesas y más promesas.

-Mi amor, no te pongas así. -Dijo él con voz ronca. -Yo también estoy mal porque quería verte.

-Sí, claro. -Gruñó ella con rabia. Había esperado tanto para nada. -Siempre es lo mismo, no sé porque me sorprendo.

-Gaby, estaré allí en una semana. Perdóname, me muero por verte.

- ¡Maldita sea! ¡Tendré que pasar sola el año nuevo! -Lloró sin poderse contener. -Tú prometiste que no ibas a estar en navidad conmigo pero que no me ibas a faltar el año nuevo.

-No es mi culpa.

-No me importa. Pareces casado con el trabajo y yo soy solo tu segunda opción.

-No, mi amor... Sabes que eres lo primero en mi vida.

-Ya. No me importa. -Se secó las lágrimas que bajaban por sus mejillas.

Otra fecha especial sola.

-Perdón. Ya debo colgar. Dime que me amas, por favor, que estarás bien.

Calor en Año Nuevo (Especial ¡Bienvenido 2018!)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora