Sol y Sombra [KageHina]

IX

Vampire!Au

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El tortuoso olor que se expande por la habitación, hace al pelinegro aferrarse a la puerta, como si con ello fuese capaz de dominar lo que le sucede a su cuerpo.

—Sé que quieres esto

Hinata seguía hablando, seguía repitiendo aquellas palabras como si no hubiese nada más en su vocabulario. Ni siquiera sabía como es que el estúpido chico lo había descubierto, si él, jamás dejó una apertura.

—Kageyama

Sus nudillos se vuelven blancos, y contra toda su voluntad, se gira, apenas le dedica una mirada. En medio del salón que todos comparten en la torre, el naranjo mantiene su derecha extendida, con un corte que cruza de lado a lado, servido en bandeja de plata.

—No sé que sucede contigo, pero tus bromas han ido muy lejos

—Lo descubrí, ahora sólo bebe, ¿Lo quieres cierto?

Si lo hace, si tan sólo se atreve a lamer un poco de aquello, Kageyama sospecha que sería el fin. Estaba en la Academia porque el director había hecho una excepción, porque no se comportaba como un monstruo.

Niega, dando un paso hacia atrás, el sonido de las gotas cayendo constantemente le enloquecen. Sus pupilas están dilatadas, no ha podido salir al bosque en los últimos días, está seco, está tan hambriento, y Hinata tiene ese olor que siempre está como una tentación paseándose de un lado a otro.

Ah, Shouyou Hinata, desde el primer año, sus ojos siempre van buscando a aquel chico. No es sólo su olor, toda su presencia es diferente del resto.

—Está bien, quiero que lo hagas

—No—contesta por fin—No quieres que lo haga, irás corriendo a acusarme y tendré que irme de este lugar

—Que no, Kageyama confía en mí, rápido

Como si magia le llamara, el pelinegro maldice. Sus pasos avanzan hasta el otro,con la sensación misma de que los segundos se vuelven lentos, y todo pierde color, excepto la mano goteante del contrario, cuyo líquido carmesí le llama, grita su nombre, algo y fuerte, tan claro que apenas se da cuenta de que ha caído por completo en lo que sea, Hinata planeó.