XVI

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El pelinegro mira hacia la puerta, son las siete de la mañana lo que le indica que pronto pasará el médico a hacerle el chequeo rutinario diario, y no está seguro desde cuándo pero últimamente se ha descubierto esperando con ansias aquello cada día.

Escucha el sonido de la puerta abriéndose, y mira hacia otro lado, tratando de no ser tan obvio.

-Buenos días, Kageyama-san

Su mirada va de inmediato al dueño de aquella voz, quién le dedica una enorme sonrisa, le hace lucir bastante jovial.

-¿Cómo te sientes hoy?

-Bien-susurra, aclarando su garganta.-Me he estado sometiendo mejor

-Y luces así, seguramente pronto podrás dejar el hospital

A pesar de todo, aquello no le hace ilusión, se siente como un estúpido pero no quisiera ir a casa aún.

El joven médico se acerca a su camilla y le pide con suave voz levantarse un poco. Escucha primero su corazón, Tobio cree que se ha ruborizado por la cercanía y porque, seguramente sus latidos van a mil por hora.

Aunque si el pelinaranja lo ha notado, no le dice nada.

Después le revisa un poco la gran herida que tiene ahora en su pecho.

-Todo parece estar bien, ese pequeño se ha amoldado perfectamente a ti

-Gracias a todos ustedes

-No hay nada que agradecer, es nuestro deber Kageyama-san

Sabe que es así, que solo le han salvado la vida porque son médicos y eso es lo que hacen, pero igual no puede evitar sentir aquellas palabras como un cuchillo.

-El desayuno vendrá pronto

Ve al médico dirigirse hacia la puerta, y muerde sus labios con fuerza, antes de llamarle, haciendo al muchacho mirarle con curiosidad.

-¿Pasa algo?

-¿Puedo saber su nombre?

Parpadea, seguro confundido por su estúpida pregunta. Tobio traiga bastante saliva mientras le parecen eternos los segundos en silencio.

-Hinata Shouyo-responde por fin el contrario, sonriendo de nuevo.-Ese es mi nombre

Sol y Sombra [KageHina]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora