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Un par de pequeños pies hace a Hinata levantar la mirada. Unos ojos oscuros le devuelven el gesto.

-Hola-saluda, antes de dar otro trago a la bebida en su derecha. La mirada de la niña va ahora a su extremidad, y puede ver cómo se dibujan en aquellos oscuros y pequeños ojos, un puñado de brillos.

-Fesa

El peli naranja termina riendo, la dulce voz de la pequeña le ha tomado por sorpresa.

-¿Dónde están tus padres?-pregunta, mirando tras ella. Alza una ceja ante la irresponsabilidad ajena- No deberías andar sola

Pero la pequeña, quien posiblemente no tenga ni siquiera tres años parece no escucharle, de hecho ni siquiera le mira.

-Fesa-repite ahora acercándose más. Hinata se pone de pie y está a punto de hablar cuando un hombre llega y toma a la niña con rapidez.

-¡Te he dicho muchas veces que no hables con extraños!

Ofendido, el chico emite un bufido. Toma sus cosas y se aleja del escenario que se ha formado. Parece que aquel hombre es el padre de la niña, no le toma mayor importancia de todas maneras.

Su mirada está paseándose de un lado a otro por el parque para encontrar un nuevo sitio cuando escucha gritos tras él.

No es el único que se gira, el hombre de antes parece apresurado, la niña en sus brazos llora incontrolamente. Hinata da un paso hacia atrás cuando le ve detenerse.

-¿Dónde la compraste?

-¿Eh?

-La bebida-dice el contrario con exasperación-¿Dónde?

-¿Disculpe?

-¡Ah!

El chico da otro paso atrás. Parpadea y le toman algunos segundos caer en cuenta de que la niña no ha dejado de llorar mientras señala su mano.

-¡Fresa!-dice, entendiendo lo que esta decia antes-¿Quieres?

-¿Dónde la compraste?

Aparta la mirada de la menor y carraspea ahora tratando de sonreírle a aquel extraño alto en traje.

-Cerca... Puedo llevarte hasta la tienda-ofrece- Eh, pero no sé si sea algo adecuado para ella

Recibe un ceño fruncido, que le hace ponerse nervioso.

-¿Por qué no?

La pregunta y la mueca de confusión en el rostro del alto, hacen que se ría por lo bajo.

-Tiene demasiada azúcar, quiero decir para un niño esta clase de bebidas son como fuentes de energía

-¿Tienes hijos?

-No-Hinata empieza a caminar, con mucha naturalidad-Una hermana menor, así que sé eso por mi madre, y mi propia experiencia

Se encuentra riendo, siendo seguido por el otro, cuya risa le hace sentirse de alguna forma extraño. Extraño pero no de mala manera.

-Supongo que es tu primer hija

-Supones bien

La niña, que ahora está entre cerrando sus ojos se acomoda contra el pecho de su padre. Hinata sonríe con dulzura ante la escena antes de darse cuenta.

-Me llama Kageyama- escucha del más alto-Kageyama Tobio

-Hinata-corresponde, deteniéndose frente a la tienda-Es aquí, suerte

La mirada de quien ahora sabe es Kageyama, va de la tienda a él y luego a la pequeña que ha caído dormida.

-¿Sueles venir a este parque seguido?

-Algunas veces-responde-¿Hace lo mismo tu familia?

-No tengo mucho tiempo libre, y no es culpa de Sayuri- dice el alto-La dejo con mi madre pero ella está algo mayor y venir al parque no es una tarea tan fácil

-Oh, entiendo

Ambos guardan silencio, Hinata ligeramente incómodo.

-Lo siento hable de más-inclinándose con respeto, y un rubor que denota vergüenza, Kageyama se despide, entrando a aquella tienda.

El peli naranja se queda ahí en el mismo lugar, unos minutos después decide regresar al parque pero no se mueve para nada.

Y no lo hace hasta que ve de nuevo a aquel hombre. Se acerca como un bobo hacia él y le entrega un papel en donde ha escrito su número de móvil.

-Si no es problema puedes llamar... Tal vez no sea una bebida de fresa pero puede que Sayuri se divierta conmigo, quiero decir... También me gustaría hablar más contigo

Se enreda un poco, nervioso y es él quien se inclina ahora para seguir su camino.

Sol y Sombra [KageHina]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora