9.

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Daniel.

-Oh, no te preocupes. –Sonreí y él recorrió mi rostro con su mirada detenidamente, volvió su vista a mis ojos y sonrió, había algo diferente en su mirada. Mi sonrisa se hizo más grande, una felicidad invadió mi ser; no había notado que ambos estábamos llegando tarde a nuestras clases, mi mano todavía sostenía su cintura y estábamos en el pasillo mirándonos con una sonrisa.

-Creo que... -Hizo una pausa, todavía me miraba a los ojos y sonreía. -... Ambos estamos llegando tarde.

-Sí, es verdad. –Lo observé unos minutos, desearía congelar este momento. Aparté lentamente mi mano de su cintura y miré a mi izquierda algo nervioso. –Debería irme, tal vez la profesora me deje entrar todavía. –Sonreí y lo mire, me estaba observando detenidamente otra vez, reí nervioso. –Nos vemos ricitos. –Dije y caminé rápido hacia el salón. Camila me había guardado un lugar a su lado, la profesora me advirtió que la próxima vez me dejaría fuera de la clase.

-¿Por qué tienes esa sonrisa de idiota? –Preguntó la morena con una sonrisa divertida una vez que me senté a su lado, la miré y lo primero que vi fue un moño negro en su pelo.

-Te queda lindo. –Señalé su moño.

-No cambies el tema Daniel. –Dijo seria. -¿Acaso encontraste al chico rubio? Escuché que volvió de visita. –Sonrió pícaramente y mi sonrisa desapareció.

-No he sabido nada de él desde la fiesta. –Me encogí de hombros. –No es nada Camila. –Reí por lo bajo.

-No mientas. –Fingió estar ofendida. –No me engañas tan fácilmente. –Cruzó sus brazos con el ceño fruncido y una sonrisa. Reí nuevamente.

-Seavey y Cabello, estoy explicando y ustedes están hablando y riéndose de Dios sabe qué. –Dijo seria la profesora. –Si no les interesa mi clase pueden marcharse.

-Que bien que lo haya dicho profesora. –Camila agarró sus cuadernos, su libro, se puso de pie y me miró, imité su acción. – ¡Ya nos estábamos aburriendo! –Sonrió a la profesora que nos miraba estupefacta al igual que nuestros compañeros. Tomó mi mano y me sacó rápidamente del salón.

-Eso nos traerá problemas. –Dije sorprendido, mi amiga comenzó a reír al ver mi rostro.

- ¡No te preocupes Dani! –Elevó sus brazos en un gesto exagerado. –Nada malo va a pasarnos. –De repente dejó de caminar, su mirada se detuvo en alguna parte frente a ella. Miré a la morena y seguí su mirada hacia el único ser vivo, además de nosotros, en ese pasillo. Se trataba de una chica de pelo negro al igual que su vestimenta, ella se dirigía hacia nosotros, sus ojos esmeraldas me miraron con recelo y sentí miedo.

-Hola Camz. –Miró a la morena con una sonrisa. –No contestaste mis llamadas.

-Yo... -La morena estaba sorprendida y parecía asustada. –No deberías estar acá, Lern.

-Camila... ¿Qué sucede? –Pregunté desconcertado, no entendía absolutamente nada.

-Dani... te lo explico luego. –Se la veía nerviosa.

-¿Dani? –La chica de ojos esmeraldas miró a Camila y luego volvió su mirada hacia mí.

-Lauren, por favor. –Camila la miró seriamente. –No podes aparecerte en mis horarios de clase, tendrás que irte y en la tarde hablaremos. –Parecía que se estaba enfureciendo, la chica de ojos esmeraldas la miró.

-Camz... -Su mirada era insistente. –Está bien, pero luego me llamas. –La chica se acercó e intentó besarla, pero ella movió ligeramente su rostro haciendo que el beso aterrizara en su mejilla. Lauren observó sorprendida a Camila por unos minutos y luego desapareció por el pasillo.

El chico de rulos (Jackniel) [Editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora