El dragón había sido despertado, se podía escuchar desde Esgaroth. Los enanos miraban la entrada de Erebor, impacientes por que su saqueador saliera de ahí sano y salvo.
-Él solo te está utilizando. -Decía el gran Smaug, la mayor calamidad de su era, o tal vez no.
-No... No. Tú mientes, o Smaug, el temible. -Y Bilbo lo sabía, porque su corazón podía diferenciar al verdadero Thorin, de la enfermedad que sucumbía en él.
Mientras, Ballin discutía con Thorin, pues este no era el mismo.
-Yo no arriesgaré nuestras vidas por la de un saqueador.
-...Bilbo... -Dijo Ballin, claramente adolorido. -Se llama Bilbo...
La mente de Thorin estaba claramente nublada por la Arkenstone, ya no era el Thorin que había emprendido ese viaje para recuperar su hogar. Pero ese mismo Thorin entró a Erebor, topándose con un muy agitado y asustado Bilbo, que trataba de ocultar su inminente infarto.
-Thorin, tenemos que ir... -Bilbo no tuvo tiempo en terminar la frase cuando un falso Thorin reclamaba lo que era suyo.
-La Arkenstone...
Bilbo insistía en que debían partír, pero se vió obligado a retroceder, incrédulo por quién empuñaba la espada, que apuntaba a su pecho. No... Este no era Thorin. Pero entonces, cuando Smaug reapareció, el verdadero Thorin lo hizo también, colocándose delante de Bilbo, protegiéndole del enorme, astuto y malvado dragón.
El plan estaba siendo ejecutado, todos se habían separado, pero "casualmente" Bilbo debía ir con Thorin, pero cuando el dragón les alcanzó, Thorin le dió la orden de irse con Ballin, orden que no fué ejecutada hasta que Ballin tomó a Bilbo del chaleco, ya que este no pensaba ni en sueñs abandonar a su querido enano.
Ya en los hornos, el plan iba más que a la perfección. En cuanto las ordenes fueron dadas, todos los enanos y el hobbit fueron a cumplír sus tareas, a la gran diferencia de que Bilbo era guiado por el brazo de Thorin, que ansioso le esperaba siempre, con su mirada más que orgullosa.
En esa gran batalla más de una vez, Thorin había protegido a Bilbo sobre los demás, en esa batalla, Thorin había puesto más que su corazón y alma para que su saqueador saliera ileso, y así fué.
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Tres puñaladas [TERMINADA]
ספרות חובביםUna apuñalada, para desviár su golpe. Una puñalada, para herír su hombro. Y una puñalada, para terminar con su legado y helar su sangre del norte. Y esas tres puñaladas que sus ojos no llegaron a ver, fueron las que su corazón pudo sentír, no en el...